Joshimar Mendoza/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Parece una noche común y corriente como cualquier otra. Tal vez un poco diferente en la percepción de la hora, por el famoso cambio de horario. Caminar a las cuatro de la mañana por las calles de la Región 91 parece algo extraño, sin embargo, más extraño es encontrarse a ocho personas haciendo guardia afuera del Jardín de Niños “Ixchel”.

El grupo de adultos, siete hombres y una mujer, trata de repeler el poco o mucho frío de las primeras horas de Cancún con cobijas, sabanas y chamarras. La primera pregunta formulada parece ser la obvia -¿Qué hacen aquí?- a lo que el grupo contesta casi a coro: estamos haciendo fila para inscribir a nuestros hijos en el preescolar.

Sobre la banqueta se pueden observar sillas, bancos, tabiques y mecedoras –algunas encadenadas a la reja del plantel- las cuales representan cada uno de los padres que buscan registrar a su hijo en la escuela de su colonia. “Con ellos somos 31 hasta ahorita”, comenta don José, quien se encarga de apuntar en la libreta a los recién llegados.

Con rostro cansado y voz lenta, el señor Julio Valdez menciona que llegó desde hace casi 12 horas a apartar el lugar para inscribir a su nieta, a pesar de que el período de inscripciones termina hasta el próximo 16 de febrero, “si nos esperamos se terminan los cupos y luego qué hacemos, ya viví con mis hijos esta situación”, exclama. 

La obscuridad de la noche y el transcurrir de los minutos los envuelven en unas tentadoras ganas de cerrar los ojos y entregarse a los brazos de Morfeo. Relatan que decidieron quedarse la mayoría de hombres para cuidar los lugares del resto de vecinos, para que sean las amas de casa quienes releven a los padres cuando éstos comiencen su jornada laboral.

“Las primeras personas llegaron como a la una de la tarde de ayer (lunes) y poco a poco los demás nos agregamos con nuestros respectivas sillas”, dice Faustino Dzib, quien se preocupa por el reducido número de cupos que ofrece el kinder “Ixchel”.

Los primeros rayos del astro rey empiezan a salir y a calentar al grupo de personas que se ha incrementado, al sumarse de a poco los tutores que mantenían un lugar en la fila de espera. La lista de don José va registrando más y más nombres, ante la mirada de los jóvenes estudiantes de la primaria “Constitución de 1917”, quienes llegan muy puntuales a su plantel.

Tras esperar 19 horas –y con indicios de sudor provocado por el calor característico de nuestra ciudad- los padres de familia ingresan a la escuela con la ilusión de que la espera… haya valido la pena.