Carlos Castillo/SIPSE
RÍO HONDO, Q. Roo.- Ejidatarios de la Ribera del Río Hondo, que comprende 14 comunidades, se manifestarán el 24 de marzo en la asamblea que se realizará en Pucté para demostrar el rechazo a la construcción de la Fosa Común.

Armando Martínez Fernández, ex presidente del Comisariado ejidal  de la comunidad de Álvaro Obregón, dijo que recientemente todas las localidades de la zona cañera fueron convocadas por los ejidatarios de Pucté para asistir a la asamblea.

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Dijo que se está organizando un grupo de excomisariados para mostrar su rechazo a este proyecto que no solo afectaría a la comunidad donde se construye la fosa común por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) sino, a las 14 comunidades que conforman la Ribera del Río Hondo.

“No queremos que la zona sea conocida por ser un basurero de la delincuencia, ni el cementerio de todo el Estado”, comentó.

Dijo que el ejido Álvaro Obregón, cuenta con un balneario que apenas está dándose a conocer, para que sea empañado con mala publicidad como la construcción de una fosa común de cuerpos que ha dejado la delincuencia en la zona norte.

“La gente de aquí es gente trabajadora, la mayoría campesinos y ganaderos, y no queremos que esa imagen sea empañada por este tipo de actos, que en ninguna comunidad sería aceptada”, dijo.

José Martín Villa, presidente del Comisariado ejidal de Cocoyol, comentó que el ejido Pucté también cuenta con el apoyo del ejido pero solo de manera moral, porque cada ejido es autónomo y los únicos que pueden tomar una decisión en los problemas del ejido son quienes integran la asamblea.

El pasado 15 de marzo el presidente del Comisariado Ejidal, saco la convocatoria para la asamblea extraordinaria que se llevará a cabo el próximo 24 de marzo, donde uno de los puntos en el orden del día es la aprobación o no en su caso de la construcción de la fosa.

El pasado 10 de marzo los habitantes de la comunidad de Pucté se inconformaron y manifestaron en el panteón de la localidad, al descubrir que supuestamente las autoridades ejidales y municipales, habían aprobado la construcción de una fosa común en las tierras ejidales de la comunidad.

La construcción empezó en una terreno supuestamente de uso común de 20 por 20 metros, donde se inició la construcción de una bóveda de tres metros de ancho, dos y medio de profundidad y 20 de largo que fue suspendida al día siguiente.