A sus 72 años es echada de su casa, por su propia hija

Los hechos ocurrieron en la colonia Nueva Italia, ante decenas de vecinos.

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'Me voy a quedar en la calle, eso es lo que quiere mi hija, porque no tengo a dónde ir', dijo la anciana desalojada de su hogar.
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Joel Zamora/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Con apoyo de la fuerza pública, la contadora pública Alicia Beatriz P. R, saco a su propia madre de su casa.

Una a una las pertenencias de la maestra jubilada ‘Lupita’, como la conocen, fueron dejadas en la calle Bolonia entre Génova y Nápoles de la colonia Nueva Italia en Chetumal, a las 12:00 horas de ayer.

Con engaños, su vástaga, se apoderó de las escrituras de la vivienda que se encuentra a nombre, Guadalupe R.K, a quien le dijo que solicitaría una compra venta a terceros a través de un crédito a vivienda de Fovissste.

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Alicia obtuvo un beneficio por más de 200 mil pesos en efectivo, de los cuales no le entregó un peso a su madre.

Para poder sacar a su madre de la vivienda, inició un proceso judicial y ordenó el desalojo, dejando desamparada a su progenitora.

Aún incrédula de la situación, la maestra de 72 años de edad, vivió más de 40 años en la casa 410, ubicada en la calle Bolonia con Nápoles, de donde la desalojaron. Ahí crió a sus hijos, incluyendo Alicia Beatriz, a quien con gran sacrificio le pagó sus estudios en la ciudad de Mérida, Yucatán.

“Es mi hija, y así me paga todo lo que hice por ella; ella ya tiene su casita y aun así me está quitando la mía, me está desamparando. No puedo creer que un hijo venga a ultrajar a su madre”, narró con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos.

Cómo no tiene un lugar donde ir, aseguró que se pasaría la noche en la calle, pues es el lugar donde su hija la está enviando.

“Me voy a quedar en la calle, eso es lo que quiere mi hija, porque no tengo a dónde ir”.

Dos de sus hijos, se encontraban en el lugar de los hechos, tampoco podían creer lo que su hermana le hacía a su madre.

Visiblemente disgustados, pero atados de manos porque tampoco pueden hacer nada para revertir la situación.

Los policías se mantuvieron hasta el final de la diligencia. Mientras tanto, la maestra dijo que su hijo le estaba dando un espacio en su casa, y con más calma encontrar una posible solución.

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