"Niños llaves", generación sin respeto a sus padres

El ritmo de vida de Cancún, adicionado a la actividad a través de redes sociales, propicia problemas de conducta en los jóvenes.

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El uso de las redes sociales y teléfonos inteligentes complican el proceso de comunicación entre los padres e hijos. (Contexto/Internet)
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Redacción/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- La mayor participación de menores en delitos, algunos de ellos graves, es consecuencia de que muchos de ellos no tienen una figura paterna o de plano dejaron de respetar a sus padres, lamentó la directora del Centro de Integración Juvenil (CIJ), en Quintana Roo, Liliam Negrete Estrella.

Comentó que muchos de los menores que ahora están en problemas de adicción, de violencia en las calles, forman parte de unas primeras generaciones de los llamados “Niños llaves”, informó Notimex.

“Esos niños dejaron de hacer travesuras y ahora son delitos, incluso de gente mayor, y eso es preocupante”, agregó.

De la inocencia al delito

En ese sentido, de acuerdo con información de la Dirección Municipal de Juzgados Cívicos, entre 10 y 15 por ciento ha incrementado el número de infractores jóvenes en el Municipio Benito Juárez, y entre las principales faltas se encuentran escandalizar en la vía pública e ingerir bebidas embriagantes en la calle.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Padres de Familia de Cancún, Raúl Lara Quijano, reconoció que cada vez es más complicado el proceso educativo y de formación de los hijos, que el Internet acerca y permite una mayor comunicación y acceso a la información, también en algunos momentos mina el liderazgo y respeto de los adultos.

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“Cuando nos hacen una pregunta y tardamos, aunque sea un instante, nos dicen, déjalo, lo checo en ‘google’”, lamentó.

Admitió que la falta de comunicación padre e hijo, lamentablemente se refleja con mayor frecuencia en los problemas que en algún momento se llegan a tener más adelante, cuando por ejemplo cometen algún delito, por menor que sea.

Señaló que si bien el uso de la tecnología trae beneficios en el aprendizaje, también es necesario que maestros y principalmente los papás se preocupen por adquirir los conocimientos elementales para apoyar con mayor firmeza a los hijos.

Sin tiempo para comunicarse

En entrevista, añadió que la dinámica de la ciudad de Cancún, que obliga a padres y madres de familia e incluso los hermanos mayores salgan a trabajar y dejen solos a los niños, se refleja en problemas de descuido, malnutrición o desnutrición, involucramiento en pandillas y un cada vez más temprano inicio en el consumo de alcohol, tabaco y drogas.

En ese sentido, Villanueva Negrete indicó que en el CIJ se dan cuenta de que el vínculo padre e hijo está roto cuando autoridades como parte de un proceso de rehabilitación se obliga a los menores a tomar terapias pero no las cumplen.

Comentó que muchos jóvenes se meten en problemas con la justicia para pagar sus deudas generadas por sus adicciones y que en el momento en que son detenidos no cuentan con ningún apoyo más que de la familia.

También dijo que en una ciudad como Cancún, donde los padres trabajan todo el día, que su descanso no coincide con el de los hijos, provoca escenarios preocupantes como mayor participación de menores en situaciones de delincuencia, e incluso agresiones a los padres.

Consideró que es momento de “cerrar filas” y trabajar en unir a las familias, ya que por ejemplo en el caso de las adicciones hay niños que desde los 12 años ya las sufren.

Integrar al hijo a la familia, la clave

Insistió en señalar que ante la creciente problemática de violencia y uso desmedido de sustancias prohibidas en las calles, se debe trabajar mucho más en la integración familiar.

“Un vínculo se puede encontrar en las redes sociales, mantener esa comunicación padre e hijo que no se tiene. Es difícil pero es el momento”, agregó.

De igual forma, resaltó que si bien son las regiones populares y fraccionamientos de reciente creación donde se registra mayor incidencia de “niños llave”, ningún sector socioeconómico y residencial de Cancún escapa a esta problemática, derivada de las largas y demandantes jornadas de trabajo que exige la actividad turística que se desarrolla en este polo vacacional.

“Tenemos otro referente que es el de los teléfonos celulares y los video juegos que sustituyen procesos de comunicación”, concluyó.

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