¿Qué bandera nos corresponde en 2019?

El nuevo año no pinta muy halagüeño para la mayoría de los mexicanos...

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El nuevo año no pinta muy halagüeño para la mayoría de los mexicanos. Analice usted cualquiera de los rubros de la vida nacional y encontrará señales preocupantes, desde tasas de interés bancarias muy altas y amenazas de que la inflación repunte, hasta el peligro de que el ambiente político se enrarezca al grado de generar enfrentamientos físicos, pasando por el creciente número de manifestaciones de extremistas, y hasta el riesgo de polarizaciones en el ámbito cultural por la imposición de figuras negativas.

Salvo la mejor opinión de usted, es estéril la insistencia del presidente Andrés López en afirmar que a partir del día de su triunfo en las urnas México cambió y los mexicanos se han vuelto más democráticos, honrados, bien intencionados, trabajadores y amantes de la ley y el orden.

Ante la necesidad de evitar que caigamos en un negativismo exagerado y en un desaliento infructuoso y dañino, debemos asumir que un gran número de mexicanos, quizá la mayoría, tiene el deseo y la convicción honesta de contribuir a que México salga de la negativa situación en que lo han hundido los diversos gobiernos de los tres niveles, para lograr al fin el desarrollo claro y transversal que merecemos todos.

Esa actitud es positiva y necesaria, pero no debemos incurrir en la ingenuidad y creer que los habitantes de este país cambiamos de un día para otro. Porque, siendo sinceros, un alto porcentaje de los problemas de la nación es culpa de todos nosotros, no solo de los gobiernos.

Ésa es la verdad, aunque nadie quiera decirlo. Una verdad que está contenida en los malos chistes –que probablemente usted conoce– que afirman que Dios les dio a todos los países ventajas y desventajas para trabajar por su grandeza, pero a México le dio más de las primeras que de las segundas. Ante las quejas de los habitantes de otras partes del mundo, el Creador aclaró que, para equilibrar la situación, a esta nación nuestra tan querida también le daría mexicanos…

Ahora que entramos a un nuevo año, con un gobierno federal que lucha por salir de su tambaleante comienzo con un cúmulo de buenas intenciones que están teniendo altos costos sociales, sería hora oportuna para hacernos la promesa de esforzarnos por mantener una actitud positiva que tenga como distintivo el afán de trabajo y lucha honesta, para aportar nuestro granito de arena a fin de que México avance y genere las riquezas que se requieren para que el bienestar que tanto deseamos por estas fechas sea una realidad y no un simple deseo anual.

Hay muchas cosas malas, difíciles, pero tenemos que centrarnos en las cosas buenas y satisfactorias que hemos logrado a lo largo de las décadas. El desaliento no puede ser de ninguna manera nuestra bandera. Nuestro estandarte tiene que ser, por muchas razones y la primera es que nos conviene, el del trabajo, la esperanza y la conciencia social.
Que tenga usted un feliz y provechoso 2019.

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