Hay una bomba en el Cereso

Los hechos son recientes y confirman, hasta cierto grado, que persiste el autocontrol impuesto por los reos...

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Los hechos son recientes y confirman, hasta cierto grado, que persiste el autocontrol impuesto por los reos, quienes limitan y orientan el actuar de las autoridades internas y externas.

La semana pasada, tras una “denuncia anónima” proveniente del Cereso y efectuada al celular del secretario estatal de Seguridad Pública, Carlos Bibiano Villa Castillo, fueron encontrados 20 kilos de mariguana, licor, relojes, bisutería y 5 mil pesos en efectivo durante un multicitado “operativo sorpresa”, que pareció más bien “cantado” y coordinado entre partes involucradas; es decir, entre un grupo de presos y autoridades de la Secretaría.

No salió gratis: hubo reacciones virulentas, las que intentan ocultar por aquello de la secrecía, por temor a represalias y porque está en juego el tema de los derechos humanos.

El operativo provocó una riña al día siguiente entre los internos que buscan al traidor. Bandas rivales motivadas por viejos rencores se culpan y persiguen venganza.  Carlos Hernández, alias “El Carlos”, quien manda en el Cereso, es asediado por “El Perchas” y “Los Sureños”, que pretenden imponerse en el autogobierno. De ganar estos últimos habría caos ya que los cárteles ordenarían las nuevas condiciones.

Hay una tensa calma por el control absoluto en la venta de sustancias prohibidas. Al respecto, hay un rumor que inquieta: los 20 kilos de mariguana es apenas una parte de lo que ya está en el interior. Por más que buscan no encuentran. Eso explica las constantes visitas de las autoridades en Almoloya, El Patio y otras áreas.

Días antes del gran decomiso, Villa Castillo y aproximadamente 100 elementos de la Policía Estatal Preventiva ingresaron al Cereso (que alberga a mil 300 internos) para revisar celda por celda aunque solo aseguraron armas blancas, celulares y licor.

Se activaron también nuevos mecanismos para fortalecer la seguridad interna que molesta a ciertos grupos y sobre todo a los custodios. Cada movimiento es supervisado por las autoridades, pues suponen que los celadores permiten el trasiego y facilitan otras graves faltas.

De hecho, la Procuraduría General de la República (PGR) investiga a los celadores. Fuentes del organismo confirman que tienen a dos en la mira, identificados como Teresa y “El Huevo”. Según dicen, ellos estuvieron de turno el domingo pasado, cuando habría ingresado la droga. El problema es que la cámara de seguridad instalada en el filtro extrañamente dejó de grabar, lo cual complica la indagatoria.

Por si fuera poco, hay presiones que rayan en amenazas contra el director Jorge Alejandro Alvarado Tamayo y su gente porque intentan trasladarlos de recinto y sector. El jueves pasado hubo un intento de motín por las nuevas disposiciones y los constantes cateos. Ahora el cuestionamiento es el siguiente: ¿Por qué no hay traslados después de un decomiso tan importante? ¿Quién lo frena? ¿Por qué callan?

Fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública ratifican que hay una bomba de tiempo activada, la cual “explotaría” en cualquier momento.

DESORBITADO…

“Quintana Roo es el estado con menor delincuencia de todo el país. Aquí los narcos solo llegan para asolearse”, sostuvo Villa días antes. Si bien Quintana Roo mantiene bajo registro de vendettas y ejecuciones, sí hay grupos criminales operando en el estado desde hace tiempo. Reconocer el problema es el primer paso para combatirlo y erradicarlo con eficacia. No se vale confundir.

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