Paloma Wong/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Las molestias que para muchos mexicanos implica volver a acoplarse a un nuevo horario, también refiere que al menos 13 millones de toneladas de contaminantes lleguen a la atmósfera, esto, planteado por algunos especialistas, aunque otros estimen que se trata de más de 24 millones de toneladas, particularmente de bióxido de carbono.

Lejos de los trastornos que provoca ajustar el reloj y el organismo a nuevos patrones, principalmente si hablamos de las horas de sueño, esta medida permite también más tiempo para realizar actividades de rutina, porque se aprovecha más la luz solar.

De acuerdo con la Secretaría de Energía (Sener), durante el horario de verano se utiliza menos energía precisamente por esta circunstancia, además de que los negocios registran cierto incremento en sus ganancias, porque aprovechan más la luz del día.

El Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide), dio a conocer que adelantar una hora los relojes, durante la parte del año en la que se registra una mayor insolación en el hemisferio norte del planeta, se aplicó a escala nacional por vez primera el 7 de abril de 1996.

Previo al comienzo del horario de verano, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el sur del estado implementó la facturación del consumo de energía eléctrica con el subsidio de verano, en el que se otorga casi el doble que en el horario normal.