Alejandra Carrión / SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- A lo largo de los 55 kilómetros de la Laguna de Bacalar, existen cabañas y hoteles que sólo pueden visualizarse en recorridos en lancha y desde las administraciones pasadas no se habían regulado.

Mauricio Morales Beiza, presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano y Transporte, indicó que se realiza una David De la Fuente inspección de esas desarrolladoras turísticas para saber si cumplen con las normas ecológicas y de salud que exige el Gobierno Federal.

“Bacalar tiene seis años y en las últimas administraciones tuvo un desarrollo desordenado con mucho interés de nacionales y extranjeros, por eso se instalaron a lo largo de los 55 kilómetros de lagunas una serie de desarrollos turísticos, sino de gran dimensión, que están promoviendo y lucrando con la belleza natural del municipio”.

Resaltó que, en su momento, no se hizo ningún tipo de regulación de estos negocios, por lo tanto realizan una inspección a lo largo de los 55 kilómetros de laguna, donde se han visto un sin número de cabañas y hoteles, que sólo son visibles si se utiliza una lancha.

Comentó que a lo largo de seis años, en el municipio se fue desarrollando sin el amparo de la autoridad y sin reglamentación para evitar que se siga contaminando el cuerpo lagunar y sobre todo continúe siendo un atractivo de turistas nacionales e internacionales.

Luisa Falcón, investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que en los últimos cinco años se incrementó significativamente la concentración de nutrientes como nitrato de fosfato y nitritos en la laguna.

Señaló que una muestra clara de contaminación se puede observar durante el temporada de lluvias, cuando el color característico de ese cuerpo lagunar cambia desde enfrente del poblado y hasta la zona de Los Rápidos en Xul-Há.

En su momento, Alexander Zetina Aguiluz, presidente municipal, confirmó que son particularmente cuatro puntos de la laguna, de Xul-Há hasta la comunidad de Pedro Antonio Santos, que se encuentran contaminados por la falta de biodigestores de las viviendas y comunidades aledañas.