Ichkabal y los mayas de hoy

Aunque no se ha hecho oficial, es probable que en los siguientes meses se abra al público la impresionante zona arqueológica de Ichkabal...

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Aunque no se ha hecho oficial, es probable que en los siguientes meses se abra al público la impresionante zona arqueológica de Ichkabal, ubicada en el municipio de Bacalar y que es más grande y antigua que la misma Chichén Itzá, considerada una de las mayores representaciones del antiguo mundo maya.

La importancia de este sitio prehispánico quintanarroense es enorme porque pertenece a la época posclásica maya, de modo que el estudio que realicen los arqueólogos servirá para conocer más en detalle la forma de vida de una de las grandes civilizaciones de la humanidad que por siglos ha maravillado a propios y extraños.

Toda la península de Yucatán –con porciones de Tabasco y Chiapas– y parte de Centroamérica fue habitada por los mayas hace miles de años; sus adelantos científicos son impresionantes en astronomía, arquitectura, agricultura, medicina y otras disciplinas. Quienes habitamos estas tierras debemos sentirnos privilegiados por vivir en un lugar que fue la cuna de una extraordinaria cultura.

Pero no olvidemos que los descendientes de esa portentosa civilización viven en condiciones lamentables, producto de gobernantes insensibles que sólo los toman en cuenta cuando hay algún interés político de por medio y olvidan que se trata de personas con los mismos derechos que todos.

Es lastimoso darse cuenta del grado de marginación de las comunidades mayas, donde hombres, mujeres y jóvenes tienen que trasladarse a los centros turísticos del norte del estado para buscar el sustento de sus familias, porque en su lugar de origen carecen hasta de los servicios más indispensables.

Es tiempo de pagar la terrible deuda histórica que la sociedad tiene con los mayas, porque nos enorgullecemos de sus antepasados pero nos avergüenzan sus herederos, lo que significa que todavía los seguimos discriminando aunque nos indignemos cuando alguien opine sobre ese tema.

¿Qué les parecería que parte de los ingresos de las zonas arqueológicas, incluida por supuesto la de Ichkabal, se destinaran para apoyar a las comunidades mayas marginadas para comenzar a hacerles justicia, pero creando mecanismos para evitar que sean víctimas de políticos corruptos como casi siempre ocurre?

Hasta ahora, los cuantiosos ingresos generados por los turistas que cada año visitan nuestras zonas arqueológicas van a parar a la federación, pero en nada contribuyen a mejorar el nivel de vida de los mayas de carne y hueso, a los que utilizamos como simple folklore.

No es posible seguir viendo a los mayas desde una óptica paternalista, entregarles despensas de vez en cuando o dar a los dignatarios alguna cantidad de dinero que no les alcanza para mucho, mientras se dilapidan millonarios recursos en obras de relumbrón o de plano terminan en los bolsillos de gobernantes corruptos.

Como una forma de reconocer a los mayas que construyeron una gran civilización y que todavía ahora generan mucho dinero para el gobierno a través de las zonas arqueológicas, es indispensable hacer justicia a sus herederos que nunca han sido beneficiados del legado de sus antepasados. Seguir pensando en ellos como menores de edad es inadmisible e injusto.

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