Paloma Wong/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Con la apertura de las puertas de la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús en Chetumal, los fieles católicos comenzaron con la celebración del Año de la Misericordia, que se celebra a nivel mundial. 

Durante la homilía, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, Obispo de la Prelatura Cancún-Chetumal, dijo que el año de la Misericordia será el tiempo para que los fieles se arrepientan de sus pecados y acudan al llamado del Señor para vivir en paz y alcanzar la vida eterna.

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“Hay que pedir perdón por los pecados y este es el mejor momento, porque al cruzar la puerta Santa es cambiar todo lo malo que hay en el corazón, es cambiar de actitud, de pensamientos y acciones para tomar lo bueno”, comentó.

Se abren las puertas 

Explicó que al abrir las puertas de la iglesia todos los laicos, y quienes así lo deseen, deben de entrar, porque este es el camino que los lleva a la verdad única y a la vida eterna, pues al ingresar se encuentra la paz, el amor y la verdad. 

Otra de las actividades a realizar es poner en práctica de las 14 obras de la misericordia y las siete obras espirituales; como es darle de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino, visitar y ayudar a los enfermos y enterrar a los muertos y enseñar al que no sabe.

El año de la Misericordia empezó este ocho de diciembre y culminará el 20 de noviembre del 2016, donde se le exhorta a la población acercarse a la iglesia para hacer oración y mejorar su relación espiritual con Dios.

Cabe mencionar que el año de la Misericordia fue celebrado en Chetumal y comenzó con una peregrinación vespertina, que partió del balneario Punta Estrella hasta llegar a la catedral de Chetumal en la colonia Centro,  donde se llevó a cabo la celebración litúrgica en presencia de cerca de mil 500 personas.

La misa fue oficiada por Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas,  de la Prelatura Cancún-Chetumal, en presencia del Jorge Bernal Vargas, Obispo Emérito; los sacerdotes, diáconos, monjas y población en general, que ingresaron en este orden tras haberse abierto las puertas de la iglesia.