Impactante: el niño tenía un cuchillo enterrado en la nuca

Quería poner una veladora, más por el niño: dijo un joven padre de familia.

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Custodian la vivienda donde se registró el doble asesinato. (Eric Galindo/SIPSE)
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Eric Galindo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- “Hola vecino, se paraba el pequeño Ángel frente a mi puerta y me saludaba”, narró uno de los habitantes de la colonia, quien aportó información importante a las autoridades sobre cómo era la vida de la pareja que vivía en el número 16B, del fraccionamiento de Ciudad Natura, los maltratos y golpes al pequeño, la adicción a las bebidas alcohólicas y posiblemente drogas. 

Cuatro horas antes del hallazgo, algún vecino reportó un caso de violencia familiar en esa dirección, llegó la policía municipal, los uniformados tocaron la puerta de la vivienda, pero al no tener respuesta se retiraron, después encontraron a la mujer casi decapitada entre la sala y la entrada a una habitación, el cuerpo del pequeño Ángel N, lo hallaron boca abajo sobre un sillón, con una herida del lado izquierdo del cuello, además tenía un cuchillo, tipo cebollero, enterrado a la altura de la nuca.

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Quería poner una veladora, más por el niño”, dijo el joven padre de familia, pero no quiere meterse en problemas con la autoridad.

Él y el policía que custodia la vivienda, platicaron e intercambiaron opiniones sobre el crimen, están tratando de descifrar que llevó a “El Gordo”, como le decían a la pareja de la occisa, a cometer el crimen y la saña con la que asesinó al pequeño Ángel: estaba drogado, coincidieron.

Tiene cuatro años viviendo en ese domicilio y hace dos, llegó a vivir el sospechoso, es de complexión robusta, tiene tatuajes en los hombros y un dragón que le abarca casi toda la espalda; se la pasaba horas hablando por el celular, también se metía a su vehículo, con el aire acondicionado prendido.

Primero lo veía solo al sujeto, al poco tiempo llegó la joven, con el pequeño Ángel, solo en una ocasión llevó a una niña de unos siete años, pero ya no la volvieron a ver.

Maltrato

Lo llenó de tristeza al recordar cómo maltrataban al pequeño, tenía la sensación de que no lo querían ninguno de los dos, ella le gritaba mucho, en una ocasión fue testigo cómo el niño salió a la baqueta y a punta de golpes lo metió a la vivienda, y él, que no era su padre, también lo maltrataba.

La muchacha que tenía rasgos de ser de Chiapas, no la conocían los vecinos porque casi no salía y solo llegaba al domicilio de “El Gordo” por temporadas.

Por su horario de trabajo, llegaba en las noches a su casa, en varias ocasiones encontró la puerta abierta de sus vecinos, estaba ingiriendo bebidas embriagantes, incluso en una ocasión lo invitó a tomar, pero no le aceptó las cervezas.

Eran constantes las discusiones que tenían, la mujer no era sumisa a los gritos de “El Gordo”, también el contestaba y eso hacía que se enfureciera más el sujeto.

Se enteró de lo sucedido

El días de los hechos, cuando su suegra lo despertó para comentarle que algo había pasado en la casa de al lado, por la ventana vio que la policía estaba hablando con “El Gordo”, pero después se enteró que no lo habían detenido, pero sí vio que se llevaron su vehículo, tipo Renault.

El policía municipal, que custodia la casa, fue uno de los que atendieron el reporte de violencia familiar a las seis de la mañana, una vecina le comentó que la noche del lunes estuvo discutiendo la pareja, el sujeto se fue y regresó en la madrugada para seguir el pleito.

A las 10 horas reportaron el homicidio, cuando entraron a la vivienda, lo que vieron él y sus compañeros fue impactante, posteriormente reportaron los hechos a la Fiscalía General del Estado.

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