Redacción/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Enrique Humberto Pavón Flores era jefe regional de la Policía Federal Ministerial (PFM) en Quintana Roo y líder de una red de corrupción al interior de la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR), que destapó un agente federal de la misma corporación policíaca con una denuncia por haber simulado la destrucción de 314 mil artículos asegurados y puestos a disposición de la dependencia federal.

Por esta denuncia se abrió el expediente 062/FECCI/QROO/2013 que dio a conocer el periodista Carlos Loret de Mola, y el asunto está radicado en los juzgado Cuarto y Sexto de Distrito, que se ubican en la avenida Andrés Quintana Roo.

Hace dos semanas fue detenida por una orden de aprehensión su cómplice, la ex agente del Ministerio Público del Fuero Federal, Edith Cornejo Bautista, pero la ex funcionaria pública obtuvo su libertad con el pago de una caución. Actualmente sigue su proceso desde afuera de la Cárcel de Cancún.

Dentro de esta misma red de corrupción figuran los también ex funcionarios federales Rodolfo Ontiveros Llamas, quien fungía como jefe del Departamento de Incineración de Narcóticos, quien tenía su base en la subdelegación de la PGR, en Chetumal, y el jefe del Departamento de Supervisión, Arturo Nicolás Muñoz Moreno, ambos en la Cárcel de Cancún.

Pavón Flores tenía un perfil de funcionario amigable y buena “onda”, así lo conocían dentro de las instalaciones de la delegación de la PGR, donde permaneció como jefe de la PFM durante casi dos años, de acuerdo con fuentes al interior de la dependencia.

Hace un mes aproximadamente que Pavón Flores fue removido de su cargo y concentrado a las oficinas centrales de la institución federal de donde al parecer se fugó. 

Según el expediente el modus operandi de este funcionario era que cuando las corporaciones policíacas o militares detenían un camión con mercancía de contrabando, al momento de ponerla a disposición de la PGR, iniciaba todo el trámite apócrifo.

La investigación señaló que la mitad de la fayuca se la quedaban los funcionarios de la PGR y giraban los oficios correspondientes para la destrucción de los “objetos del delito”. Los productos los tenían que triturar o quemar, pero no lo hacían, sólo lo simulaban en documentos.

La delegación hasta hace cuatro años trituraba los productos piratas o fayuca que decomisaban las corporaciones policíacas en sus instalaciones: actualmente ya no lo hacen ahí, se desconoce dónde lo hacen ahora.

Hasta ayer la delegación de la PGR, localizada en la avenida José López Portillo, Región 93, no había ninguna autoridad para informar de manera oficial sobre la investigación contra dichos funcionarios. 

Según personal de Seguridad Privada de la dependencia federal, el área del enlace de comunicación social desapareció, ya no hay nadie quien atienda y para cualquier información es directamente a la Ciudad de México.

A los cuatro funcionarios se les fincó el cargo por la comisión de delitos contra la administración de la justicia y contrabando equiparado.

El último caso en la que la delegación de la PGR se ha envuelto en actos de corrupción, es cuando fue detenido el ex delegado Nicolás Hernández Mendoza y el subdelegado Jesús Vega Romero, señalados de darle protección al narcotráfico.

Anteriormente fue la detención del ex delegado Miguel Ángel Hernández Castrellón, en el 2004, señalado también de darle protección a grupos del narcotráfico. Posteriormente fue absuelto.