Raúl Balam/SIPSE
KANTUNILKÍN, Q. Roo.- El ingenio azucarero que data en los años de 1865, sirve como un atractivo adicional para los turistas nacionales e internacionales por estar en un lugar estratégico, aunque hace falta promoción de parte de las autoridades locales, afirmó Sirvilio Noh Gasca, un habitante del puerto de Chiquilá que relató parte de la historia de ese ingenio.

Precisó que su abuelo le comentaba que ese ingenio azucarero era de un cubano y ahí los campesinos de Chiquila y Solferino, entregaban todo el cañaveral que compraba el dueño  y desconoce cómo llegó hasta aquí a trabajar. 

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Según dijo que sus abuelos les platicaban que el cubano que no reveló sus generales transportaba el azúcar de Chiquilá hacia Holbox, con canoas, y de ahí pegaban barcos que la llevaban hasta en el país de Cuba.

Recordó que el dueño analizaba que tardaba mucho el transporte con canoas de Chiquilá a Holbox y en ese tiempo tomó la decisión de transportar el producto a través de truks o plataforma de Chiquilá a Solferino y de ahí a Cuyo para cruzar en una zona conocida como Texas, porque ahí fácil acuden los barcos provenientes de Cuba para llevar el producto.

El truk o plataforma la jalaban a través de animales conocidas como mulas y fue un gran éxito para las familias de la zona, porque generaba empleos de manera directa.

Agregó que el ingenio azucarero se encuentra específicamente en una ranchería conocida como “San Eusebio” y la única persona que conoce parte de la historia es Noh Gasca, porque su abuelo trabajó ahí como velador.