Redacción/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Lo llamaron el delfín de Julián Ricalde Magaña, pero son más las coincidencias que unen a Jorge Carlos Aguilar Osorio con el alcalde de Benito Juárez que la “herencia”. Uno ocupó en su momento la Secretaría de Servicios Públicos y otro, la dirección de Servicios Públicos en el municipio; ambos, en su momento, durante la precandidatura, y en tiempos distintos, estuvieron abajo en las encuestas internas del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Uno hoy es presidente municipal, y otro, anuncia su renuncia, para el 15 de marzo, a su primer y único cargo público, para contender por un puesto de elección popular.

Aguilar Osorio, o “El Topo”, como lo llaman sus más cercanos amigos, aclara que su decisión es personal, y que no hay un rompimiento con su mentor político, Julián Ricalde. Es más: afirma que aquel o aquella que el partido decida como candidato a la alcaldía de Benito Juárez, contará con su apoyo, y en lo que respecta a él, si va por la alcaldía o por una diputación local, deja la decisión a los miembros del Consejo del PRD, quienes por estatuto y por forma, eligen a los candidatos.

- ¿En qué momento cortó el cordón umbilical con al alcalde de Benito Juárez?
- Con Julián tengo una relación de hermanos; políticamente he aprendido mucho de él y lo seguiré haciendo, pero tenemos que buscar nuestros propios espacios. Julián seguirá un camino y nosotros tendremos que asumir nuestros propios liderazgos dentro del partido, señala el entrevistado. 

Hasta hoy, la diputada federal Graciela Saldaña Fraire, que dio la sorpresa en las pasadas elecciones federales al derrotar a las aspirantes del PAN y del PRI, Marybel Villegas y Laura Fernández, apunta por una encuesta interna como la más fuerte para la candidatura a la presidencia municipal de Benito Juárez. Aguilar Osorio señala que si ella fuera elegida, la apoyaría “con todas las ganas del mundo, pues hoy el PRD está más vivo que nunca”.

La precandidatura del joven funcionario nacido en 1976 en Cancún no será de fácil camino. Está el tema de los familiares incómodos, de los que dice que cada quien es responsable de sus propios actos.

-¿Hay señalamientos de que por el hecho de ser familiar conocía de actividades ilícitas?
- Tengo un primo que está sujeto a un proceso, eso es lo que conozco; qué más pruebas de que no actuamos con complicidad. La persona está sujeta a un proceso, en el cual no hemos intervenido.

Si la autoridad encuentra elementos para fincarle responsabilidad, debe pagar. De mi pasado, puedo decir que soy empresario, mi patrimonio está a la vista, vivo al día; gano la mitad de lo que ganaba el funcionario que estaba antes que yo (el sueldo era de 70 mil pesos mensuales). A pesar de todas las auditorías que nos ha hecho la Contraloría municipal, hemos salido bien, en orden.

Aguilar Osorio afirma estar preparado para la precandidatura porque “siento que tengo la capacidad, la preparación, el arraigo, para contender por cualquier puesto de elección popular”. Sin embargo, está el factor de las tribus perredistas. Reconoce que “la genética del PRD es complicada”, pero también ve que hay una nueva generación de izquierda que está dando el ancho en Quintana Roo y a nivel nacional, “es una izquierda diferente, una izquierda preparada y lista para seguir gobernando”.

Los benitojuarenses tienen una mala percepción de la política y de la función pública; a pesar de ello, Aguilar Osorio decide arriesgarse por sentir que tiene una deuda con su ciudad, y presume haber actuado con cabalidad en la tarea que Ricalde Magaña le encomendó. Dice que a pesar de este trabajo que le exige mucho tiempo de su vida, no ha dejado sus empresas, y eso le da una solvencia que lo diferencia de otros funcionarios, pues, afirma, no vivir estrictamente de su sueldo.

De lograr la precandidatura a la alcaldía de Benito Juárez, el joven abogado sería el primer cancunense de oposición. “Tengo muy en el corazón lo que está ciudad ha dado por mí; le debo mi educación, le debo lo mucho o poco que tenga, le debo una buena vida, una vida apegada a la naturaleza, al mar, y una calidad de vida muy buena”, concluye.