Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q.Roo.- Ante más de dos mil feligreses reunidos en Malecón Tajamar, el nuncio apostólico en México, obispo Christophe Pierre, dio a conocer un mensaje que los católicos escucharon atentos. 

“La Iglesia es una historia de amor, Dios entra en nuestra historia y comparte todo lo que somos: nuestras alegrías, pero también nuestras tristezas, es él con cada uno de nosotros”.

Durante la celebración eucarística en la iglesia de Santa María del Mar expresó su felicidad al ver a los cancunenses fieles y entregados en el compromiso de llevar la palabra de Dios en su corazón. 

Hizo alusión a las palabras del Papa Francisco, quien ha referido que ser misionero y buen pastor es saber tocar el corazón de la gente, por ello pidió a quienes llevan la palabra de Cristo, alimenten su fe desde sus hogares y con su familia, pues es el primer lugar donde se debe llegar.

Llegaba el ocaso y el silencio inundó el lugar, sólo las palabras de monseñor Pierre resonaban en aquella carpa, los asistentes escucharon el mensaje, unos murmuraron que sentían al Papa más cerca, pues el obispo había compartido con ellos las vivencias y los mensajes que dejaba el Papa a sus discípulos.  

“El Papa Francisco quiere que se continúe con el concilio de la Iglesia para entender en qué dirección vamos, porque la Iglesia vive en el mundo de este tiempo, no en el mundo de ayer y debemos ocuparnos de que siga habiendo fe”.

Los más de 30 apostolados presentes de Benito Juárez, fueron testigos del testimonio de fe y amor que el nuncio les regalaba durante la homilía. Niños, jóvenes y adultos sonreían ante las bromas que hacía el prelado, sus palabras les habían tocado el corazón y los impulsaba a seguir en su misión de evangelizar. 

Más de 60 sacerdotes que se encontraban en las primeras filas, sonreían ante las frases picarescas del nuncio apostólico y algunos sin premura tomaban nota, pues era para ellos un ejemplo a seguir. 

Durante la celebración, el obispo Christophe Pierre pidió a los padres de familia que vieran las necesidades de sus hijos, pues en ocasiones los jóvenes buscan y esperan a Dios, pero no tienen las bases desde el hogar porque ni siquiera les enseñaron a orar. 

Dijo que la exigencia de ser misioneros es un compromiso muy grande, pues significa anunciar a Cristo por todo el mundo.

“Un misionero es ser un testigo y demostrar con convicción que son de Cristo”. Durante la liturgia los apostolados realizaron la promesa de seguir evangelizando como misioneros.