La sonada y reciente aparición del diputado federal priista José Luis Toledo Medina, defendiendo con firmeza e indignación una causa de interés colectivo –el abusivo aseguramiento de mil 500 cajas de seguridad en Cancún, a manos de intransigentes elementos de la Seido–, tuvo aplastantes manifestaciones de aprobación dentro y fuera de Quintana Roo porque todos estamos expuestos a estos abusos de poder.

Chanito Toledo es un político con oficio que estuvo a un paso de ser el candidato del PRI a la gubernatura, contando entonces con el respaldo del gobernador Roberto Borge; pero tal respaldo de Borge a Chanito cesó de tajo cuando fue puesto a prueba en las aguas de la legalidad –este es otro tema–, lo que explica el inevitable distanciamiento del diputado federal que continuó su travesía política iniciada antes de la invención de Beto Borge como gobernador.

José Luis Toledo acumuló experiencia como Tesorero en el Ayuntamiento de Solidaridad, en el período de Filiberto Martínez Méndez; posteriormente fue Presidente de la Gran Comisión del Congreso y soltó sus amarras para ser candidato a la diputación federal que conquistó trotando, porque tiene fuerte presencia en Playa del Carmen y Cancún.

La anemia de figuras de todos los partidos en la zona norte coloca al diputado federal del PRI como un temible competidor en 2018, aunque hasta hoy no ha manifestado su intención de participar en el torneo con pista federal y estatal.

Pero llegado el momento su nombre incluido reventará escenarios cómodos en los partidos y coaliciones que lo enfrenten, en esta quiniela hipotética. Lo real, lejos de especulaciones irresistibles: su aparición fue muy bien recibida por el 99 por ciento de la opinión pública nacional, sin que a nivel local haya estado a salvo de ataques obsesivos que lo acusan de borgista, como si este fuera un pecado mortal y no una travesía emprendida por muchos políticos en activo.

Chanito Toledo tiene una cordial relación con el gobernador Carlos Joaquín, quien sin casacas y prejuicios partidistas valora el potencial y ánimo constructivo de cada político en sus posiciones; aquí no hay que perder de vista a los diputados federales Arlet Mólgora Glover (PRI) y Carlos Gutiérrez García, de Nueva Alianza.