Un bautizo de muerte

Hoy tenía otros temas para escribir pero no puedo olvidar, ¡cómo olvidarlo!...

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Y sí, van cincuenta años y contando... Florestán
Hoy tenía otros temas para escribir pero no puedo olvidar, ¡cómo olvidarlo!, la matanza del miércoles 2 de octubre de 1968 en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, cuando me iniciaba como reportero y por ser entonces, hace 50 años, el más joven de la redacción de El Heraldo de México, el jefe de información, mi maestro don Mario Santoscoy, solo me decía: López-Dóriga, véngase de suéter. Eran aquellos días en que para ser reportero había que tener corbata.

Y así me iba todos los días, muchos con mi querido amigo Miguel Reyes Razo, el mejor cronista, a la calle. Y allí andábamos en mi vocho, y así cubrimos tarde a tarde marchas, protestas, manifestaciones, el día del acto de desagravio a la bandera, en el zócalo, donde se había izado la rojinegra de huelga, allí pasamos la noche hasta que a media mañana salieron los carros blindados del Ejército y luego más soldados para empujar a la mayoría hacia la calle de Madero, por donde venía otro contingente y comenzó el tiroteo.

Recuerdo, ¡cómo no!, la toma de Ciudad Universitaria y cientos de detenidos, también de las instalaciones politécnicas del Casco de Santo Tomás, allí estaba Nidia Marín, de El Sol de México. En medio del tiroteo, en la total oscuridad, nos refugiamos en el hospital Rubén Leñero, donde llegaban los heridos.

Cuando quería amanecer salimos y en la parte de atrás, en un edificio esquinado frente a la Escuela de Enfermería Rural, dispararon contra policías y soldados y nos metimos bajo un camión de granaderos hasta que el fuego cesó.

Lo siguiente fue en la plaza de las Tres Culturas, aquel miércoles 2 de octubre, cuando después de la matanza, al anochecer apilaron una treintena de cadáveres en el atrio de la iglesia, mientras cientos de detenidos descalzos todos, en filas formadas por soldados, fueron subidos a camiones urbanos y los muertos trasladados al anfiteatro de la tercera delegación, que, insuficiente, los dejó en el suelo de la morgue y afuera, en los pasillos.

No puedo, pues, por eso y más, ¡mucho más!, olvidar el 2 de octubre, 1968, aquel año en el que como reportero recibí, no mi baño de sangre, sino mi bautizo de muerte, yo que nunca había visto un muerto.

Retales

1. AJUSTES. Con el anuncio de la reducción de salarios, ha comenzado el éxodo de instituciones clave en la estabilidad del país. En el Banco de México 150 especialistas que tenían derecho a su jubilación o estaban cerca, ya la pidieron;

2. FIRMA. Es posible que la firma del acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá se firme en Buenos Aires, en la cumbre del G-20, donde coincidirán Peña Nieto, Trump y Trudeau, el 29 de noviembre, justo a tiempo para regresar y entregar la banda a Andrés Manuel López Obrador, el sábado 1 de diciembre; y

3. FIGURA. Ildefonso Guajardo es el mejor calificado, civil, del gabinete presidencial. Artífice del nuevo acuerdo de libre comercio, surge como la figura del PRI para el gobierno de Nuevo León dentro de tres años. Siempre me dicen que falta mucho tiempo, pero en política lo único que no sobra es eso: tiempo.
Nos vemos mañana, pero en privado

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