José María Pino Suárez, pueblo ‘fantasma’

La comunidad es habitada por una decena de familias, que carecen de electricidad y de seguridad.

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El poblado de José María Pino Suárez, al igual que su laguna, se encuentra abandonado. (Rossy López/SIPSE)
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Rossy López/SIPSE
TULUM, Q. Roo.- La comunidad de José María Pino Suárez, vive su peor etapa, sus calles son apenas unas brechas, la mayoría de las casas están sin techos y su laguna, abandonada, es parte de lo que hoy es el balneario “Nopalitos”, que en los años ochenta fue uno de los más visitados por trabajadores y vacacionistas, relató el ex delegado municipal, Rogelio Novelo Balam.

Este núcleo agrario está ubicado a unos 19 kilómetros al sur de la cabecera municipal, es una localidad casi “fantasma”, ahí los únicos niños que se ven ahora son los hijos de las 10 familias que aún permanecen en la comunidad, sin luz y sin policías.

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Los pocos habitantes que aún permanecen dicen que José María Pino Suárez, ahora está convertida en un puñado de casas derruidas y que dicho asentamiento en pocos años ha tenido una historia de abandono

Se trata de un pueblo casi fantasmagórico, enclavado en un entorno de singular belleza pero repudiado por sus habitantes, que huyeron de él hace dos décadas empujados por el conflicto que tienen en la franja costera conocida como Punta Piedra.

“La calle principal del poblado tiene huecos, no existe pavimento en toda la comunidad, más que brechas; la naturaleza, el salitre, sobre todo, la desatención gubernamental, le han dado a esta localidad la etiqueta de  'pueblo fantasma'”, asegura el ex delegado municipal.

Pueblo en ruinas

 El preámbulo de las actuales condiciones del balneario es la pintura descascarada de la entrada y la del rótulo donde se leen los precios de acceso de otros años; en la caseta de cobro, por donde pasan solo unos cuantos, no se ven los ladrillos; los habitantes tienen problemas con el agua, porque sólo hay una bomba para suministrarla. 

Ahora se dice que el poblado ya acabó en manos de un grupo de presta nombres que no sólo han adquirido derechos agrarios, sino que prácticamente ya se han adueñado de la laguna “Nopalitos”, sin que ninguna autoridad voltee la vista hacia ese poblado.

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