Javier Ortíz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Cada vez es mayor el número de comunidades rurales bacalarenses que se están quedando sin juventud, pues los jóvenes se ven obligados a emigrar a otros lugares en busca del sustento familiar. En las comunidades rurales sólo permanecen adultos mayores, menores de edad y jovencitas.

El subdelegado de El Progreso, Teodoro Aparicio Zario, lamenta esta situación que se presenta en el área rural desde hace algunos años. Ubicada al poniente de Bacalar y a hora y media de la cabecera municipal, esta pintoresca comunidad tiene una población de 180 familias que se dedican al cultivo de maíz y frijol en diferente temporada, lo cual utilizan para subsistir.

A decir de Teodoro, la precaria situación en la que viven esas humildes familias, obliga a que los jóvenes, apenas cumplen la mayoría de edad, por voluntad propia emigren a las ciudades el norte del estado (Playa del Carmen, Tulum y Cancún), para emplearse en la construcción y la hotelería.

Los poblados son habitados por gente de edad avanzada, mayormente; los niños y las jovencitas truncan sus estudios porque sólo cuentan con una escuela secundaria en el poblado.

Por ello, señaló la necesidad de contar con un Colegio de Bachilleres “que les brinde las armas de defensa a esas jovencitas que ven transcurrir sus años como amas de casa sin ninguna aspiración”.

La escuela más cercana del nivel medio superior se ubica en Vallehermoso, a unos cinco kilómetros de distancia, lo que representa un peligro para las jovencitas que a temprana edad tienen que resignarse a adquirir responsabilidades del hogar como única alternativa.

El municipio de Bacalar está conformado por 57 comunidades rurales y una población de casi 39 mil habitantes, según datos proporcionados en su momento por el Consejo Estatal de Población, de estas, 15 mil 803 son consideradas no económicamente activas.