Paloma Wong/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- La mayoría de los 32 internos del Centro de Internamiento para Adolecentes (CIPA) son sentenciados por homicidio; sin embargo, los programas de reinserción social aplicados a los adolescentes y jóvenes infractores del estado han permitido que el 95 por ciento de la población que obtiene su libertad no tenga problemas para salir adelante. 

El nuevo modelo de compurgación de condena es el arresto domiciliario y en la actualidad hay 40 menores en este ámbito, que es autorizado por un juez. 

En el centro de reflexión, como también es llamado el CIPA, hay 32 adolescentes internos, de los cuales 30 son hombres y dos mujeres, de 14 a 23 años de edad.

Estos menores de edad purgan condenas de hasta 10 años, dependiendo de la gravedad del delito cometido, aunque la mayoría afronta pena corporal por homicidio calificado, violación y en menor escala robo, secuestro y portación de arma prohibida.

De acuerdo con el director del CIPA, Jaime Ongay Ortiz, el 60 por ciento de los jóvenes proviene de la zona norte del estado. Del total, entre el 90 y 95 por ciento tiene algún problema de adicción, lo que ocasiona que las primeras semanas sea difícil su adaptación al lugar.

Expresó que para garantizar su reinserción a la sociedad en el ámbito familiar, laboral, educativo, cultural, deportivo y social, se les brinda atención educativa, médica, psicológica, psiquiátrica, así como otras actividades que les ayuden a desarrollar diferentes habilidades para enfrentarse al mundo exterior, sin menospreciar la convivencia familiar, que es uno de los factores más importantes en el tema.