Muchas personas que hemos venido escuchando en los últimos meses el asunto relacionado con la “revocación de mandato” nos preguntamos por el verdadero significado que tiene y con la cual no hemos estado familiarizados.

En algunas revisiones bibliográficas encontramos que en el derecho anglosajón existe una figura que permite que este proceso se lleve a cabo y se denomina impeachment, una traducción cercana a este término es “juicio político” ya que la resolución de este tipo de asuntos requiere de la deliberación de un órgano parlamentario como lo hay en Estados Unidos y Reino Unido. Sin embargo muchos grupos políticos en nuestro país, incluidos gente de Morena considera que la iniciativa del presidente es más que nada la culminación de la aspiración por establecer una vuelta al pasado, la hegemonía en el ejercicio del poder en una sociedad eminentemente plural.

En efecto, el sistema electoral y una determinación de la Sala Superior del Tribunal Electoral de la Federación que se apartó del principio constitucional de reflejar la integración de la Cámara de Diputados con una distorsión no mayor al 8% entre el voto popular y el número de curules, ha generado una sobre representación de la fuerza mayoritaria.

El pasado 15 de octubre en el Senado de la República se dio un largo debate con relación a la iniciativa promovida por el presidente López Obrador con el fin de obtener que en nuestro máximo Código Político se consigne la revocación del mandato otorgado a los representantes de elección popular y de esta forma él mismo sea sometido a escrutinio tal y como en reiteradas ocasiones lo ha ofrecido. Al final, la reforma constitucional fue aprobada por la mayoría calificada del Senado con el voto en contra de la fracción del PAN.

El dictamen de la reforma aprobada por el Senado establece que tal ejercicio deberá ser solicitado al INE respaldado por al menos el tres por ciento de la lista nominal de electores y por ciudadanos de 17 estados.

La revocación de mandato es una figura de participación ciudadana que puede aplicarse en un país con vocación democrática como México, pero cuidando extremos para evitar convertirla en arma de doble filo para revocaciones sin fundamento y el consiguiente caos social y político. Los legisladores han conseguido modificaciones importantes a la propuesta original. Por ejemplo, la revocación de mandato presidencial ya no sería el mismo día de la jornada electoral federal intermedia, sino se solicitaría a partir del cuarto año del sexenio, con un plazo de 90 días para tal efecto.

La revocación del mandato en si es algo desconocido en términos generales en nuestro país por su falta de regulación en las normas jurídicas correspondientes. Al estar ejerciendo ya el cargo de titular del Poder Ejecutivo, en cumplimiento de su compromiso, AMLO ha venido impulsando a través de sus partidarios en las cámaras del congreso de la unión su discusión y adopción constitucional.

¿A quién sirve la revocación de mandato? No al ciudadano. Sirve a quien la impulsa desde la presidencia de la República para pavimentar el tránsito a los comicios de 2021. La propuesta hace coincidir la votación sobre ratificar o revocar, con los comicios para renovar la Cámara de Diputados y las elecciones locales en la mayoría de las entidades federativas, varias con la renovación del Ejecutivo local. En síntesis, que de nueva cuenta Andrés Manuel López Obrador esté en la boleta electoral en los comicios de ese año y así volver a repetir la ola Morena y continuar ejerciendo el poder.