La Mars y los ingenuos

Detrás de cada video viral, hay una horda que en el fondo...

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Detrás de cada video viral, hay una horda que en el fondo, desea ser tan valiente (o estúpida) como el protagonista de una grabación.

La Mars Aguirre es la nueva moda en redes sociales. Cansados de ladies, la comunidad digital decidió desbocar sus ríos de burlas, apoyos y filosofar sobre el nada singular video de una tan poco interesante e impopular “youtuber” que decidió, cual revelación del mismísimo Steve Jobs, dejar la escuela y salir al mundo con la bandera de la independencia, aunque poca idea tenga sobre ello.

De original tiene nada. De innovador, aún menos. De doble moral, algunos dicen que sí, otros afirman que es un ejemplo de congruencia. Pero por increíble que parezca, esa jovencita con aires de grandeza digital esconde en su actual estrellato el anhelo de muchísima gente, pues no está de más decir que lograr que su video despotricando contra la educación y el sistema retrógrado se convierta no sólo en viral, sino en influyente, no es por pura obra y gracias de San Steve.

El video, bien medido en el uso de las palabras e insultos en su adecuado momento, no está exento de verdades y realidades sobre la enseñanza y la escuela de nuestro país. Incluso la supuesta frustración de la jovencita bajacaliforniana tiene eco en muchos sectores de la sociedad, en aún más jóvenes y “millennials” atrapados en un esquema educativo, hasta el momento arcaico.

Esto es el punto rescatable del video de la joven, y que explica por qué sonó y suena tanto aún. Dejando fuera los prejuicios, medias verdades y pantomima propia de estos supuestos videos espontáneos, a La Mars Aguirre no le falta razón sobre la frustración que muchos jóvenes sienten sobre la escuela y la presión por “ser alguien” y cumplir sus sueños. De hecho, se queda corta en las contrariedades e hipocresías del sistema, por ejemplo, mientras millones de buenos estudiantes no alcanzaron cupo en la universidad, el gobierno decide recibir en bandeja de plata a los llamados “dreamers”, muchos de ellos, jóvenes que como ellos, no encontraron en México una oportunidad de desarrollo.

Por cada “hater” que ha comentado y compartido el video, hay dos o tres jóvenes que apoyan la romántica visión de La Mars Aguirre, y con algo de suerte (buena o mala) decidirán hacer su propios teatrito para cumplir sus sueños. El problema, al menos uno que nosotros vemos, es que la joven no es una inocente estudiante frustrada, sino una “youtuber” del montón que hasta antes de su grabación, sólo en su estado la conocían, y que encontró la mina de hora para poder convertirse en una “influencer”.

Hoy, gracias a un producto bien pensando, del que casi podríamos apostar que hay guion y que de espontáneo tiene lo que de exitoso fue Google Plus, La Mars es una estrella del momento, con potencial para convertirse en la “influencer” mimada de muchos medios digitales y tradicionales que ven en ella una jugosa herramienta para atraer a los “millennial” a sus programas de revista y publicaciones; un público muy difícil de captar, pero que una vez se tiene en la bolsa… más les vale que tengan otras ofertas para mantenerlo, porque Aguirre en menos de un mes será un “trending topic” del montón.

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