La razón de la sinrazón

Nunca como ahora fue tan sencillo ser famoso, y en menos de lo que se escribe un “tweet”, dejar de serlo...

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Nunca como ahora fue tan sencillo ser famoso, y en menos de lo que se escribe un “tweet”, dejar de serlo.

La revolución (hoy algo ralentizada) de las redes sociales, dejó el camino allanado para todo aquél que tuviera no sólo una idea, sino un producto que vender, ahora así, a las masas ingentes y anónimas que pueblan el mundo digital.

Para muchos de nosotros, “xennials” incrustados en la web acaparada por los “millennials”, a veces no es difícil entender, no tanto la existencia de ciertos personajes y su popularidad, sino el por qué lo son, cuál es el motivo que los hace tan necesarios para millones de personas,  mayormente jóvenes.  Podríamos disertar muchas ideas, pero creo que la principal es la misma circunstancia que nos hace preferir Netflix sobre la televisión tradicional: la libertad y el cansancio generacional.

En primer lugar, desde hace tiempo, quienes tenemos un pie en el mundo digital y las redes sociales, caímos en cuenta de que hay más de una opción para informarse y entretenerse, y no sólo opciones, también métodos para llegar a ellas.

Previo al internet y su masificación, estábamos supeditados (al menos en México) a los que las televisoras nos “obligaban” a ver, a la programación pre establecida por ellas, y por tanto, para muchísimas personas ese era el verdadero reloj de su día: la hora del noticiero o la novela. Pero ahora podemos informarnos de la situación al momento, decidimos en qué momento ver una serie o una película y retomamos, en cierta forma, el control de nuestro tiempo, con el consabido resabio del egoísmo comunitario.

En cuanto al cansancio generacional, podemos identificarlo en los problemas que enfrentan las televisoras y otras plataformas de entretenimiento: el modelo ya no funciona, y eso les ha hecho caer en crisis, pues la fórmula que hace apenas 10 años aún vendía, hoy no logra captar la atención de los consumidores actuales, sean “millennials”, “xennials” o generación “x”.

Ante estos escenarios, es posible entender el surgimiento de las estrellas de redes sociales, de la fascinación que para muchos provoca los “logros” o notas que dan personajes como @ElJuanpaZurita @mariobautista_ @Rubiu5 @Juanjaramilloe. Su éxito está en que ofrecen una idea de libertad creativa y frescura generacional: no son “nadie” pero pueden ser lo que quieran; su aparente naturalidad los aleja de los actores o cantantes tradicionales que cuando llegan al éxito, ya tienen la piel curtida y saben colocar su distancia, coraza que hoy en día es mal vista por los usuarios de redes sociales.

El encanto de gente normal que enarbolan esas y otros figurines de la red, es la fuente de su popularidad. Son aspiracionales, como un iPhone o iPad; ofrecen la idea a los usuarios de que, sin ser “la gran estrella” y en comodidad de su casa, pueden ser lo tan famosos como ellos, aunque como todo en la vida, el secreto de su éxito lo tienen muy bien guardado, no vaya a ser que los desbanquen antes de su fecha de caducidad.

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