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Un buen filme que propicia una buena charla luego de verlo. (Contexto/Internet)
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Por Rafael R. Deustúa

La medida del héroe, en una película, la pone el villano, pues entre más poderoso sea, mayor es el reto del protagonista como lo prueba la historia de David contra el gigante Goliat. El equivalente actual de esa historia es la de el idealista independiente sin recursos contra un gigantesco corporativo económico y es la categoría de “La verdad oculta”, con el problema de que sus creadores parecen temer a los abogados de Goliat.

Tras realizar la autopsia del legendario centro de los Acereros de Pittsburgh Mike Webster, quien se volvió loco, el médico forense inmigrante Bennet Omalu sospecha un problema médico oculto, encontrando un problema semejante al de los boxeadores que reciben demasiados golpes en la cabeza. Confirmará sus sospechas tras analizar los cuerpos de otros dos ex-jugadores de la NFL que se suicidaron, pero ahora debe enfrentar a la liga deportiva que desea enterrar sus descubrimientos.

Basado en la historia real que llevó a que se tomen medidas para cuidar más a los jugadores de futbol americano, el director y guionista Peter Landesmann ofrece una historia que empieza muy bien pero que luego se pierde al tratar de balancear ficción y realidad, dejando al espectador en riesgo de dudar de lo que era cierto.

El comienzo fuerte está en el retrato de Omalu -con un gran trabajo de Will Smith en expresividad y carisma- y la muerte que le llevó a determinar las consecuencias de las repetidas concusiones que sufre un jugador de americano. Todo ello se basa en un reportaje periodístico para la revista GQ y es bastante sólido.

Luego Landesmann toma dos caminos simultáneos, uno con el forense enfrentando a la NFL y el otro detallando un romance en su vida privada, caminos que luego chocan trágicamente con el fin de lanzar insinuaciones siniestras contra el corporativo, pero tan débiles que pierden credibilidad y también la roban a lo que antes afirmó de su villano. Para el género de cine de denuncia ésto es imperdonable.

Actuaciones

Fuera de ése problema de desarrollo en “La verdad oculta” tenemos varias muy buenas actuaciones, como la ya mencionada de Smith, sobretodo cuando figura con Albert Brooks. Alec Baldwin, David Morse y un breve Luke Wilson hacen un buen trabajo. El papel de novia de Omalu de Gugu Mbatha-Raw sería más apreciado si esa subtrama no pareciera innecesaria.

Un buen filme que propicia una buena charla luego de verlo, respecto a las consecuencias para los deportistas por las exigencias de nosotros como seguidores del deporte.

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