La violencia contra los medios

La violencia contra los periodistas fue tema de moda, tanto en el gobierno federal como el de Quintana Roo, tanto, que apenas dejaron de publicarse notas sobre los atentados...

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La violencia contra los periodistas fue tema de moda, tanto en el gobierno federal como el de Quintana Roo, tanto, que apenas dejaron de publicarse notas sobre los atentados en contra de representantes de los medios de comunicación, que en la entidad se envió a congelar –con miras a su derogación– la Ley para la Protección de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos; pero ayer las instalaciones de Canal 10 en Cancún fueron baleadas, resultando herida una persona ¿cuál será ahora la versión oficial? ¿descongelamos la ley? Y si no es cuestión de leyes ¿es cuestión de capacidades?

La violencia está desatada en Quintana Roo; los más de 150 ejecutados, tan sólo en 2017, dan cuenta de ello; pero mientras se pide a los medios no magnificar las noticias, se les deja en completa indefensión, al mismo nivel que el ciudadano común, y no es que debiera recibir trato especial, sólo que a las personas no se les pide “no magnificar” por el bien del turismo, ni se les retira una ley que pudiera protegerlos en el ejercicio de su función, como está ocurriendo en la entidad.

Porque la versión preliminar de los compañeros del medio es que los dos sujetos que realizaron disparos, lo hicieron en contra de las instalaciones de Canal 10, no hacia una persona en particular; como consecuencia una persona resultó herida, pero el acto de intimidación es evidente en contra del medio de comunicación; si este hará o no una manifestación pública del hecho es otra cosa, la solidaridad del escribiente con todos nuestros compañeros de todas maneras está de manifiesto, por cierto, con ley de protección a periodistas o sin ella.

En estas circunstancias, ciertamente, la ley de protección a periodistas parece no tener la menor relevancia ante la incapacidad oficial de repeler ataques a medios, pero aun así vale la pena destacar la intención de derogación, en un entorno en el que cada vez se protege menos a la sociedad; porque en los siguientes días veremos declaraciones profusas en defensa de los medios, los periodistas, las promesas de que todo mejorará, aunque cuando “pase la moda” todo empeore de nuevo.

En este espacio hemos reconocido los esfuerzos, pero los avances son otra cosa; en esta ocasión tocó a Canal 10 el ataque ¿y mañana? Y no se trata de responsabilizar a una instancia, pues la incapacidad va desde lo municipal a lo federal; aún queda pendiente la prometida policía turística que, según el secretario de Turismo federal dijo comenzaría a operar desde mediados de septiembre; la Gendarmería Nacional y corporaciones federales diversas siguen paseándose en Cancún y por más renta de patrullas que se realice el déficit de elementos policiacos continúa en las corporaciones estatales.

Hacer periodismo no es un delito, pero no procurar justicia desde las instancias respectivas sí debiera serlo, porque la seguridad no se mejora callando, ni los delincuentes se irán a “fuerza de boletines; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

P.d. Nuestra permanente solidaridad con nuestros compañeros; aguantemos, las circunstancias cambiarán, o quienes las generan.

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