Ladrones no se quedan en casa por la pandemia y barren con las escuelas

Cincuenta planteles del estado han recibido la “visita” de los ladrones. La mayoría, en Cancún.

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(Paola Chiomante)
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Alrededor de 50 planteles de Quintana Roo han sido blanco de la delincuencia durante la contingencia sanitaria por COVID-19, de las cuales 80% (40) están en el municipio de Benito Juárez, siendo la escuela más afectada el Centro de Atención Múltiple (CAM) Eduard Huet.

Ana Isabel Vásquez Jiménez, titular de la Secretaría de Educación del estado, indicó que el principal motivo de robo fue la obtención del cableado de cobre de la instalación eléctrica, así como la sustracción de aires acondicionados y de material pedagógico.

La funcionaria señaló que el costo de reponer los artículos robados se ha estimado en 500 mil pesos, aproximadamente, monto que aún no se ha finalizado, ya que no se ha podido corroborar todos los daños hechos a las instalaciones educativas.

Sin embargo, indicó que debido a que el regreso presencial se hará hasta transitar al semáforo verde, no se realizará la reposición de lo robado, para evitar más incidentes como estos.

“Afortunadamente, no hay gran daño, con excepción del CAM en Cancún al que entraron tres veces, entonces lo más seguro es que gran parte del recurso sea destinado. Estamos en algunas conversaciones con la Confederación Patronal de México, pero no hay a quién pedirle apoyo porque todos estamos en una situación muy complicada, pero estaremos atendiendo todo”, dijo.

En el caso del CAM Eduard Huet, Alejandro Casares, director del plantel, dijo anteriormente que los ladrones además de romper puertas y  cristales, se llevaron cableado, mesas, sillas, material de cocina, las máquinas de braille - valuadas en más de 30 mil pesos cada una-, incluso el sistema de seguridad que estaba conectado al C4.

Dijo que la primera vez:

“entraron a llevarse las cámaras, televisores, computadoras y las máquinas de braille que son muy costosas (...) en la segunda y tercera ocasión se llevaron el cableado eléctrico y cuando pensamos que no se podían llevar más cosas, regresaron por las sillas, mesas y materiales del taller de cocina”.

El equipo que se robó era utilizado para impartir clases a más de 150  niños y jóvenes con discapacidad visual y auditiva, quienes además se quedaron sin transporte, ya que el camión que se empleaba para movilizarse fue desvalijado.

 

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