Pensando que estaba libre de cámaras y micrófonos, la dictadora que despacha como presidenta municipal de Cozumel, Perla Tun Pech, dejó fluir su lado oscuro en un enfrentamiento arrabalero con el regidor priista José Luis Chacón, con quien mantiene añejas rencillas, al que le gritó en reiteradas ocasiones que se largara de una ríspida sesión de Cabildo.

 

No hay manera de reproducir por escrito este audio que desnuda a Perla mostrándola tal cual es: una persona autoritaria, irascible, furibunda, irracional y nada asertiva, que escudada en su cargo humilla a quienes osen contradecirla.

 

Las groserías de Perla Tun y su actitud pueril de la que se siente muy orgullosa, son de sobra conocidas por los quintanarroenses, pues la mala fama de la alcaldesa ha trascendido los límites de la isla de las golondrinas, pero nunca hasta ahora se había retratado con toda claridad su conducta privada, su forma de actuar cuando nadie la ve.

 

La alcaldesa panista quedó expuesta ante la opinión pública, muy alejada de la imagen que vende en sus redes sociales oficiales de política firme pero centrada. No, nada más lejos que eso. Demostró que el diálogo no es lo suyo, y que sus problemas los resuelve a gritos y con manotazos en la mesa, al estilo de aquí nomás mis panuchos crujen.

 

El suceso, que fue comidilla fresca en los corrillos periodísticos, explica también por qué Perla Tun es la presidenta municipal que lleva récord en renuncias de directores y subalternos, además de que clarifica los motivos de su soledad creciente.

 

Y es que con sus berrinches e incomprensible orgullo pueblerino, la alcaldesa está quedando en el ostracismo total, pues ha roto relaciones con el PAN y PRD, partidos que la llevaron al poder; con sus regidores; con los demás presidentes municipales, e incluso con el gobernador Carlos Joaquín González.

 

Los pocos “leales” que le quedan empiezan a tomar distancia anticipando su derrumbe político en el 2018, pues no hay manera de que Perla Tun se reelija, ya que para empezar tiene que sortear el obstáculo de su rompimiento con el PAN y PRD, y en caso de que estos dos partidos decidan suicidarse abanderándola como candidata, la derrota está más que segura.

 

Aún más grave que su destino político es la tremenda irresponsabilidad de la munícipe al negarse recibir las patrullas para la Policía Municipal entregadas por el gobierno estatal, por el capricho de mantener su feudo libre de “injerencias” aunque en ello se sacrifique la seguridad de los cozumeleños.

 

En el programa televisivo Omelette Político en el que participo regularmente, el diputado local cozumeleño, Jesús Zetina Tejero, quien preside la Comisión de Seguridad Pública, habló fuerte contra Perla Tun, al calificar como una cerrazón incomprensible la resistencia de la presidenta a recibir las unidades, así como su renuencia a que la Policía Municipal trabaje de forma coordinada con la corporación estatal.

 

Zetina Tejero apuntó que fue la única presidenta municipal que se negó, a pesar de que los Ayuntamientos no pagarán un peso por los vehículos, ya que su entrega forma parte del plan integral del gobierno estatal para fortalecer la seguridad pública en los municipios, y por ende en el estado.

 

El legislador manifestó que el gobernador Carlos Joaquín González decidió que esas patrullas se quedaran en Cozumel de una manera u otra, por el compromiso con la población de la ínsula, así que si la alcaldesa no recula -difícil, conociendo su forma de actuar- serán asignadas a la Policía Estatal para fortalecer la vigilancia en la isla.

 

Pero el compromiso gubernamental no borra la aberrante irresponsabilidad de Perla Tun Pech, quien con estas acciones más el desastre administrativo que se vive en la corporación de su municipio, es la principal culpable de la inseguridad que sufren sus gobernados y nadie más que ella debe cargar con el peso de su torpeza.

 

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