Las patrañas del PT

El Partido del Trabajo estuvo a punto de desaparecer por no alcanzar la votación que el Instituto Nacional Electoral define como mínimo para conservar su registro...

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El Partido del Trabajo estuvo a punto de desaparecer por no alcanzar la votación que el Instituto Nacional Electoral define como mínimo para conservar su registro, y ello ocurre en cada votación, porque ese organismo político creado durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari no tiene mayor arraigo entre los trabajadores, que se supone conforman el sector de la sociedad donde debería tener más presencia.

Si a nivel nacional el PT se ha convertido en un partido insignificante, no podía ser la excepción en Quintana Roo, su inefable dirigente estatal, Hernán Villatoro Barrios, no permite la participación de políticos que no sean palomeados por él, situación que ha causado su debacle electoral en los últimos comicios.

Es tal la desesperación del “líder” cuasi vitalicio, que en las últimas semanas ha iniciado una campaña a base de mensajes que difunde a través de las redes sociales, en los que mañosamente, utilizando lo que subjetivamente llama desaciertos de la actual administración estatal, pide a la gente que se afilie al PT para resolver los diversos problemas que aquejan a los quintanarroenses.

Para quienes no conozcan a Villatoro Barrios, baste decir que desde que se apropió de la franquicia política llamada PT, ha manejado al partido como su patrimonio personal, los cargos se los otorga a sus familiares y amigos sin dejar que personas con nuevas ideas participen, como debería ocurrir en cualquier partido que se diga democrático.
También son muy recordados los pasajes vergonzosos en la pasada legislatura donde por supuesto era diputado local, faltaba más, antes de convertirse en candidato del PT a la presidencia municipal de Benito Juárez.

Públicamente aseguraba estar en desacuerdo con determinados temas, pero a la hora de emitir su voto en el Congreso lo hacía a favor, después de reunirse con el presidente de la Gran Comisión, el diputado priista Pedro Flota Alcocer, quien fiel a su modus operandi, lo convencía con sus “argumentos” para alinearse sin mayor problema.

Decíamos que Villatoro Barrios, asesorado seguramente por él mismo, sabiendo el poder que tienen en esta época las llamadas redes sociales, se ha colgado de los supuestos errores del gobierno de Carlos Joaquín para hacer una campaña de afiliación partidista, porque el PT sí sabría como gobernar, según dan a entender.

Lo cierto es que este partido que nació al amparo del poder presidencial, cuestión que de entrada es un punto negro, se convirtió muy rápido en una agencia de colocaciones para unos cuantos amigos y familiares, gozando de todas las prebendas que la autoridad electoral ofrece a manos llenas a los partidos políticos, sin que ello haya contribuido a crear un verdadero sistema democrático.

En Quintana Roo, Villatoro Barrios no es el dirigente, sino el dueño de la franquicia política que cada elección está a punto de perder su registro a causa de su paupérrima suma de votos; si el PT ha sobrevivido es porque se ha aliado con otros partidos, pero es muy probable que en los siguientes comicios no tenga tanta suerte.

La campaña de marras cuyo destino es denostar al gobierno del estado con mensajes para afiliarse al partido no tendrá mayor impacto en la sociedad, los ciudadanos conocen muy bien quién es el dirigente estatal, saben que sus intereses son opuestos a los de la sociedad y por más que busquen confundir a los ciudadanos con supuestas buenas intenciones, su destino será el fracaso.

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