Itzel Chan/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Hay casos de comercialización en los que de cada 10 toneladas de semillas, 30% no es posible transportarlo a otros países debido a las altas tarifas de traslado y otros filtros que en ocasiones no es posible pasar.

Los principales retos que enfrentan los productores al momento de enviar sus productos al extranjero, se tratan de la falta de homogenización de leyes, de acuerdo con Mario Puente, miembro de la Asociación Mexicana de Semilleros (Amsac).

Esto a pesar de que el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) contempla que los gobiernos puedan adoptar medidas, no discriminatorias, ya que la intención principal es proteger la salud y vida de las personas y animales, además de contribuir a la conservación de las plantas vegetales, pero permitir el libre comercio.

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En ocasiones las cuotas de importación son altas, precisamente en el trámite de licencias y subastas, más otros requerimientos administrativos como  las evaluaciones de riesgos y los empaques.

En países como Italia, Francia, España  y otros destinos europeos cuentan con leyes alimentarias distintas a las de México y al no coincidir, se convierten en un obstáculo, pues marcan estándares de calidad e industriales, distintos.

Etiquetas ecológicas

Los esquemas de certificación también forman parte de este listado de retos, pues hay sitios que exigen hasta etiquetas ecológicas y la procedencia específica de cada producto.

Canadá es uno de los sitios que solicita que los paquetes de semillas contengan información sobre el análisis de pesticidas, etiquetado con contenido nutricional y prevención de la contaminación.

El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), informó que en México el único filtro que se expone al momento de ingresar semillas se trata de que no sean amenazadas por plagas, porque de esta forma se pone en riesgo la salud de los vegetales distribuidos.

Por lo tanto, México es uno de los países considerados de fácil acceso en cuestiones de productos, ya que no exige certificaciones específicas de las ciudades procedentes.