Paloma Wong/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El fervor y la fe por la “Virgen del Tepeyac” son la motivación de los peregrinos de cada año, para que visiten la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, además del agradecimiento por los milagros recibidos.

Las carreteras de diferentes puntos del país, así como las calles de la ciudad capital se iluminan con los colores y la fe de los cientos de Guadalupanos que llegan para cumplir su promesa; no importa lo difícil y peligroso del trayecto porque confían que la patrona de los mexicanos los cuida y protege durante su recorrido, el cual se hace durante el día y la noche, ya sea en bicicleta, corriendo, caminando o con el apoyo de algunos vehículos; todo esto forma parte de la tradición.

Un ejemplo claro fue un grupo de 10 jóvenes provenientes de Yucatán de entre 16 y 28 años, que fueron los primeros peregrinos foráneos en llegar a Chetumal, en bicicletas, a quienes la fe los unió ene le trayecto y decidieron viajar juntos.

Uno de los peligros que enfrentan es el tráfico nocturno y cuando un tráiler de doble remolque los rebasa, pues en ambos exponen su integridad física, corriendo el riesgo que se queden en el camino.  

Algunos de los jóvenes tuvieron que renunciar a su trabajo, mientras que otros pidieron permiso para cumplir su promesa con los escasos recursos que lograron juntar, pues cada uno tiene menos de mil pesos para alimentarse.