Los consejos del Papa Francisco

A través de los años he tenido la oportunidad de encontrarme con un gran número de intentos...

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A través de los años he tenido la oportunidad de encontrarme con un gran número de intentos por agrupar en un limitado número de consejos los secretos para lograr algo en particular; así existen los tantos hábitos para ser eficiente, los otros tantos pasos para bajar de peso. En lo personal dudo mucho de ellos ya que me parece que es casi imposible reducir a unos cuantos pasos situaciones tan complejas.

Por ello no me ha dejado de llamar la atención que el Papa Francisco, al ser entrevistado para la revista Viva por Pablo Calvo, haya ofrecido 10 consejos para ser feliz. Al leer la entrevista me ha quedado claro que para el Papa Francisco son 10 consejos importantes en la búsqueda del bienestar y la felicidad, pero en modo alguno considera que el limitarse a estos puntos garantice esa plena felicidad que todos anhelamos; algunos han sido desde siempre reiterados por la Iglesia mientras que otros, si bien a todas luces son importantes, no se mencionan de manera tan insistente.

Entre sus consejos se encuentran: Vive y deja vivir, el Papa en este punto señala literalmente: “Anda adelante y deja que la gente vaya adelante”, evitando juzgar, entrometerse, permitiendo el desarrollo pleno de la libertad personal de cada uno de los seres humanos que nos rodean.

Darse a los demás. Asegura que "si uno se estanca, corre el riesgo de ser egoísta. Y el agua estancada es la primera que se corrompe", solamente en la entrega a los demás encuentra el ser humano la felicidad plena, ya que es verdadero aquello de que la felicidad es lo único que mientras más se entrega a los demás más se tiene.

Moverse remansadamente. Con esto el Papa asegura que es importante tener la capacidad de moverse por la vida con benevolencia y humildad, vivir intensamente pero con paz interior que se refleje en nuestras actitudes y conducta, procurando generar un ambiente calmo que contribuya a una buena relación y a hacer extensiva a los demás esta actitud de paz ante la vida.

Jugar con los chicos. Señala que la vida agitada a la que el mundo se encuentra sometido y el consumismo desatado de nuestras sociedades nos han llevado a perder la sana cultura del ocio empleado en leer y disfrutar del arte. Señala como vital jugar con los hijos, es una cultura sana que acabará tejiendo lazos de amor y felicidad entre los integrantes de una familia.

Compartir los domingos con la familia. En un mundo en que se pretende que todo funcione todos los días, todo esté disponible las 24 horas, se le impide a los padres poder tener un domingo familiar; se le ha quitado a la familia el domingo como día exclusivo para ella, siendo que los domingos familiares contribuyen sobremanera a la felicidad y el bienestar personal de cada uno de los integrantes de la familia.

Ayudar a los jóvenes a conseguir empleo. Un gran número de jóvenes que concluyen sus estudios e incluso muchos que no lo logran se encuentran desempleados y hay que permitirles el bienestar y la felicidad que te da la dignidad de llevar el pan a la casa.

Cuidar la naturaleza. Siendo el hombre el responsable de toda la creación y de todo cuanto existe en este mundo, ya que es el ser que posee la inteligencia y el entendimiento superior con respecto al resto de la creación, es no sólo una obligación que no se está cumpliendo, sino una fuente de felicidad la contemplación de la maravilla de la naturaleza.

Olvidarse rápido de lo negativo. El Papa señala de manera contundente que "la necesidad de hablar mal del otro indica una baja autoestima, es decir: yo me siento tan abajo que en vez de subir, bajo al otro. Olvidarse rápido de lo negativo es sano".

Respetar al que piensa distinto. Para los propios católicos que no conocen bien su fe, el Papa sorprendentemente les señala que “lo peor que puede haber es el proselitismo religioso” y el “yo dialogo contigo para convencerte” y aclara: “La Iglesia crece por atracción, no por proselitismo".

Buscar activamente la paz. El Papa expone que “la guerra destruye. Y el clamor por la paz hay que gritarlo. La paz a veces da la idea de quietud, pero nunca es quietud, siempre es una paz activa", una paz que se construye en nuestro entorno, en nuestro día a día, en la intimidad del diálogo y la acción concreta de paz hacia quienes nos rodean.

Como se puede ver, no existe desperdicio alguno en estos consejos, no como receta única pero sí indudablemente como prácticas que acercarán a toda persona que los asuma al bienestar y la felicidad.

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