Ernesto Neveu/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El poblado de pescadores dejó de lado la vida monótona, pero satisfactoria, para el pequeño grupo de familias que se mantuvieron en el lugar, en lo más extremo de la Costa Maya, a poco más de 200 kilómetros de la capital del estado vía terrestre, para dividirse en tres grandes sectores independientes: el turístico, el pesquero y el de tierra.

Sin embargo el panorama ha cambiado en Xcalak: pese a contar con servicios básicos, de no afrontar problemas con el narcotráfico y sus famosos recales, la comunidad luce sumida en el abandono, sucia y despojada de identidad.

La declaratoria que da origen al Parque Natural Arrecifes de Xcalak cambió radicalmente la forma de vida del lugar, cuya principal actividad productiva quedó restringida para los próximos cinco años: la captura de caracol.

La actividad se limitó, entonces, a los paseos en lancha, excursiones de buceo y esnorquel, todo sumamente controlado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), restricciones a las que la gente no termina por acostumbrarse.