Las amenazas de Trump: agresivas pero avisadas

Guerra avisada no mata soldados, y bien nos lo lleva cantando el venático presidente de Estados Unidos...

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Guerra avisada no mata soldados, y bien nos lo lleva cantando el venático presidente de Estados Unidos sobre la implementación de sanciones en forma de aranceles si no resolvemos el tema de la masa de inmigrantes a su territorio a través del nuestro. Responder con valentía y fuerza a amenazas de un gobierno externo es derecho nuestro y no se espera menos del gobierno. ¿Pero tenemos la razón en este tema? Todo en la vida es cuestión de puntos de vista, pero hay verdades incontrovertibles como el estado de la frontera sur de nuestro país.

Respondemos con firmeza a agresiones del norte, pero vemos con benevolencia las invasiones de miles de inmigrantes indocumentados por nuestra ya empobrecida frontera sur.

Una hemorragia de drogas, contrabando y la entrada de ilegales sin freno alguno es un hecho que no solo pone en riesgo la relación con nuestro vecino del norte sino también la seguridad y estabilidad de nuestro país.

Hay que ser patrióticos a toda costa, pero pelearse con los gringos por algo que tienen absolutamente toda la razón no nos deja mucha posición ventajosa para negociar otros temas que son esenciales para nuestro futuro como la implementación del nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá y la eliminación de aranceles de ambos lados. Todo esto sin lucir débiles, pues defender como fieras nuestra frontera sur es igual de patriótico que defender la norte. ¿O es que la bandera nomás la izamos bien alto en Tijuana, pero no tanto en Tapachula?

La racionalidad de decisiones no ha sido el denominador común de este gobierno de la 4T (insisto que podrirse es también transformarse). El grueso de los mexicanos detestamos por no decir palabras más fuertes la invasión de hordas de indocumentados por nuestro país como si fuéramos un pasillo.

Provocando, además, aglomeraciones en la frontera norte que ocasionan decenas de problemas sociales. Se está haciendo ya algo con los cubanos que usan nuestro territorio nacional para hacer las bravuconerías que ni de chiste les hacen a los tiranos de su tierra de origen, mientras con los centroamericanos no hacemos nada o les editamos hermosos documentales de denuncia de sus vicisitudes cruzando nuestro territorio a lomos de “La Bestia” o cosas por el estilo.

Es emblemático que este tipo de amenazas del errático Trump sucedan justo después de la eliminación de los aranceles al tomate y al acero mexicano; denota cierta tendencia conciliadora seguida de un castigo por algo que consideran una agresión. Estoy convencido que un reforzamiento de la frontera sur por nuestra parte puede incluso motivar la suspensión de la construcción del muro en la frontera norte, probablemente nunca nos enteremos, pero seguramente ya este tema fue propuesto decenas de veces en las negociaciones bilaterales.

Hacerlo no nos deja como sometidos con los gringos, sino como una nación que protege sus fronteras y cuida la relación con su vecino y socio comercial más importante. Es hora que empecemos a pensar como nación que busca su bienestar y no como paladines del nacionalismo. La sopa de principios y el filete de ideales no le han llenado la panza a nadie nunca.

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