Detectan alto impacto en el mar profundo

En la Península de Yucatán las principales fuentes de contaminación del acuífero son las granjas de cerdos y aves

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Las actividades que se realizan en la costa de la Península de Yucatán tienden a dañar el ecosistema de esta zona. (Tomás Álvarez/SIPSE)
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I. Chan/T. Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El mar Caribe es uno de los más profundos, ya que en el punto de las Islas Caimán, este llega a siete mil 686 metros bajo el nivel del mar, sin embargo, las actividades que se realizan en la costa de la Península de Yucatán tienden a dañar el ecosistema de esta zona.

El más vulnerable 

En el mar profundo viven especies a más de 200 metros en el fondo del mar en ausencia de luz, pero dependen de alimento que se produce en la superficie, por lo que la acidificación del agua a causa de contaminantes es dañina para ellos.

El mar profundo del Caribe es aún más vulnerable en comparación con otros puesto que sus corrientes acarrean elementos desde el Río Orinoco que discurre mayormente por Venezuela y desde el Amazonas hasta llegar a las costas de la Península de Yucatán.

Para la doctora Elva Escobar Briones, directora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los accidentes de embarcaciones son un peligro por el derrame del combustible y de acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) desde 1997 hasta 2012 han ocurrido 40 incidentes en el área del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM).

Se tiene registro que a más de tres mil metros ya hay cambio en la temperatura de los fondos marinos y varía de región en región.

Especies en peligro 

En las estrategias de la “Iniciativa del Mar Profundo”, diseñada por un cuerpo de investigadores de cinco continentes y dirigida por Escobar Briones, se determina que el mar en la zona de Quintana Roo es el mayor productor de sedimentos marinos, proveniente de las zonas de pastos marinos por lo que cualquier afectación en la superficie perturbará los recursos que habitan en el fondo y a su vez a las cadenas alimenticias de los cuales dependen los recursos pesqueros.

Se tiene registro que a más de tres mil metros ya hay cambio en la temperatura de los fondos marinos y varía de región en región, entre dos y cuatro grados centígrados, comentó que en este sentido los organismos que viven en dicho lugar están adaptados a altas presiones y bajas temperaturas y cualquier cambio daña su necesidad alimenticia, crecimiento y reproducción, esto preocupa a la comunidad científica.

Escobar Briones mencionó que los fondos marinos de Quintana Roo reciben el aporte de calcita de carbono, y cualquier modificación de estas aguas omegas que tienen arrecifes coralinos y pastos marinos, tendrá efecto en las comunidades a dicha profundidad.

Actividades dañan el ecosistema 

Estudios realizados por miembros del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desde el 2010 a la fecha han servido para conocer que los principales elementos que contaminan al mar de manera directa o indirecta son: actividades agropecuarias, crecimiento urbano y cambio de uso de suelo de paisajes tierra adentro y costeros.

La investigación dirigida por Jorge Alberto Herrera Silveira, miembro del Cinvestav, tuvo lugar a realizar una evaluación de las aguas marino costeras en los primeros 200 metros, zona vulnerable a las actividades que se realizan en la urbe debido a que al paso de los días la contaminación llega hasta el denominado fondo marino.

Los resultados indicaron que en la Península de Yucatán las principales fuentes de contaminación del acuífero son las granjas de cerdos y aves debido a que generan hasta 213 mil toneladas de nitrógeno al año y 86 mil toneladas de fósforo, lo que representa el 60% y 70% respectivamente que se descarga al acuífero.

Las actividades agrícolas también contribuyen en un 34% al descargar anualmente 121 toneladas de de nitrógeno y 25 mil toneladas de fósforo.

Jorge Alberto Herrera considera que la descarga directa de las poblaciones humanas representa sólo 2%, aunque el desarrollo turístico y habitacional, así como la construcción de campos de golf implican un incremento de nitrógeno y potasio al mar.

La conclusión de ambos estudios revela que en la actualidad el ecosistema costero está en regular condición, aunque la actividad pesquera también influye para que haya un deterioro en el ecosistema.

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