En Semana Santa hay días especiales: desde toda corriente religiosa se mira con deferencia a ese periodo, ideal para reflexionar en torno a la fe y la esperanza. Y con esa visión, emprender la resurrección espiritual, que indudablemente debe conducir por mejores caminos hacia “la salvación”.

Esa idea es la que una parte de la población entiende por estas fechas, aunque no siempre permea lo suficiente para materializar con buenos actos las enseñanzas del Evangelio, de la doctrina o de los consejos de guías espirituales, cual sea el nombre.

La meta es ser mejor cristiano, lo que a la postre significa ser mejor persona. Y aplica por igual para servidores públicos, políticos, profesionistas, estudiantes, obreros, campesinos e indígenas. Incluso, para quienes dudan de la existencia de un ser superior o rechazan las actividades de las iglesias.

Un intelectual latinoamericano, don Gastón Soublette, insiste que el prototipo de ser humano ideal (al menos para los católicos) está contenido en las bienaventuranzas; en las obras de misericordia, tanto espirituales como corporales, así como en los valores contemporáneos.

Acerca de estos últimos, se ha abierto un interesante debate en países principalmente de Occidente: para algunos, lo son asuntos como el buen uso de la tecnología, el respeto a la biodiversidad y la manera de situarnos favorablemente en el cosmos, por lo que están ocupando el tiempo de los pensadores.

El mayor problema es que todavía no se logra un consenso total entre cuáles son todos los valores contemporáneos y, menos aún, la manera de trabajar en ellos para responder a ese prototipo del cual se habla, por lo que costará mucho consolidar mejores sociedades con tales obstáculos.

Los ejemplos están a la vista en esas tres grandes temáticas “con sello valórico”. En el uso de las tecnologías no son pocos los que advierten del peligro de la inteligencia artificial mal aplicada. Mientras Bill Gates propone “que los robots paguen impuestos”, Stephen Hawking plantea “un gobierno mundial para controlarlos” y Elon Musk piensa en un ingreso básico universal “para cuando nos quiten el empleo”.

Respecto a la biodiversidad, hace años que se alerta sobre el deshielo de los polos, la acidificación de los océanos, la desertificación o la lluvia ácida debido al calentamiento global. De la misma manera que, en referencia al cosmos, se busca afanosamente vida extraterrestre más allá del sistema solar, poniendo en riesgo la “independencia planetaria”.

Al final, los intelectuales (como también ciertos guías espirituales), concluyen que “la lógica y la razón son los únicos métodos de salvación”. De esta manera, vale decir que la ética y la moral, fortalecidas en muchos por estos días, sirven en Quintana Roo, lo mismo que en otras latitudes distantes de aquí.
La salvación está en nosotros.