Es un antes y un después

Son fechas de informes: el sábado fue el del gobernador Carlos Joaquín González...

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Son fechas de informes: el sábado fue el del gobernador Carlos Joaquín González en el Centro de Negocios y Convenciones de Chetumal, tras la entrega formal ante el Congreso del estado. Desde hoy es el turno de los presidentes municipales. Mañana, el mismo mandatario estatal ofrecerá otro en el polifórum de Cancún.

Durante una década o poco más esta rendición de cuentas ante los otros poderes, y sobre todo a la sociedad civil quintanarroense, fueron disfrazadas como un gesto netamente demócrata. Pero no era tan así: con una oposición prácticamente inexistente por esos años, y con cifras a modo, se convirtieron en un paseo más para los gobernantes, en busca de la pleitesía.

Ha cambiado esta ocasión. Desde el formato hasta los objetivos. Porque se presentan en una época especial y cuando recae una expectativa creciente sobre los servidores públicos. La gente es más apática y escéptica, por lo cual ellos han debido cambiar la calidad del mensaje, incluyendo el estilo. Es, ante todo, el primer gran acontecimiento desde la alternancia, no solo para el gobierno estatal, también para municipios como Cozumel, Solidaridad u Othón P. Blanco, cuyos ediles tienen la responsabilidad de convalidar la proeza del año pasado.

Por todo ello se puede desarrollar tres focos de análisis: El primero guarda relación precisamente con ese nuevo formato, un modelo que exige la ciudadanía y al que sí responden las autoridades. Que el del gobernador sea presentado también en Cancún, el municipio con mayor peso político, demográfico y económico, obedece al interés por ser escuchado por la mayor cantidad de habitantes posibles, en un contexto politizado. Y no a romper el equilibro norte-sur, como suponen algunos, porque a Chetumal no se le quita nada. Ese equilibrio fue roto hace un lustro y ahora se intenta recomponer sacando del estancamiento al sur y del rezago al centro.

El segundo es la repercusión política-administrativa. Es posible que haya ajustes, como cambios y enroques, tras las alocuciones. En días posteriores casi siempre se recomienza, con el fin de enmendar los errores y potenciar los logros. Es que no son pocos los que sacan cuentas alegres citando resultados nunca vistos. Desde presupuestos históricos para infraestructura hasta la forma de “hacer política”, son argumentos desplegados desde el templete, algo que debe comprobarse.
Se acabaron los compromisos de la campaña y del primer tramo, por lo que cada gobernante debe perfilar el rumbo de la mejor manera, con su gente y sin dichas ataduras.

Y el tercero se asocia al inminente arranque del proceso comicial, aunque todavía de manera extraoficial. Desde la semana pasada se están aclarando las reglas del juego, el calendario fija las primeras fechas para los actores, y los suspirantes querrán acelerar los procesos internos para conseguir las candidaturas.

Este último foco es el que atrae porque serán elecciones más caras, aunque con menor tiempo de exposición; y a la posibilidad de reelección, se suma el cuarto distrito federal para el estado, por lo que será un hito. Es lo más novedoso.

A ver cómo llegan el 1 de julio del 2018, fecha de la elección.

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