Se quedan con Cancún

Este 20 de abril Cancún conmemora 49 años de fundación. Para la ocasión han preparado...

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Este 20 de abril Cancún conmemora 49 años de fundación. Para la ocasión han preparado diversos encuentros como es la costumbre de quienes han dirigidos los esfuerzos por aglutinar: desde las autoridades en turno, hasta los agradecidos prácticamente recién llegados, pasando por los fundadores y pioneros, acaso los más entusiastas.

En este marco, ninguno desconoce que este centro integralmente planeado a fines de los 60 del siglo pasado enfrente los desafíos más potentes de su corta historia; empezando por la inseguridad, recrudecida los últimos lustros por múltiples motivos. Como ese reto, son varios titánicos.

Pero cuando uno consulta con quienes dieron vida a Cancún desde 1970, o pocos años después, persiste un ánimo admirable pues ninguna de las adversidades parece superior a la de los primeros años, cuando llegaron a un paraíso prácticamente virgen, para convertirlo en lo que tampoco nadie pone en duda: ser hoy el líder turístico, un imán para millonarias inversiones y un ejemplo nacional en generación de empleos.

¿Cómo es que perdura esa dicotomía que encierra una paradoja tan evidente? Sociólogos, cronistas, comunicadores, académicos y referentes tienen distintas versiones; aunque en un aspecto coincide la mayoría: es mayor el deseo de reconquistar la paz social (el anhelo más buscado), aun cuando para tantos no hay retorno.

Los que se quedan con Cancún echan raíces. No son quienes están de paso, vuelven en ciertas temporadas o aprovechan las oportunidades para después marcharse. Ellas y ellos, dirían los que hablan de “poblaciones flotantes”, no tienen arraigo ni pertenencia; sin embargo, no son los culpables.

Entonces, ¿existe salida? Para muchos sí: la violencia ha de parar, suponen; la multiculturalidad prevaleciente, aseguran, no es problema sino base de una identidad heterogénea que al fin nos caracteriza; la exclusión, recuerdan, es un fenómeno propia de grandes metrópolis, en tanto que los instrumentos como el Plan Municipal de Desarrollo o el Plan de Desarrollo Urbano ofrecen alternativas de solución a esta última problemática.

Al fin se habla hoy con los pies en la tierra. La última década transcurrió entre eslóganes como “hechos, no palabras”, hasta “Cancún de 10”, y la situación no obstante pareció empeorar con esos mismos retos, ya sin control. Por todo ello, no son pocos quienes valoran el discurso más realista de la presidenta Mara Lezama, quien, con su “Cancún Tierra de Todos”, reveló desde el inicio la clave de la recuperación: la participación sin marginaciones. En definitiva, a la hora de elegir la mayoría sigue quedándose con Cancún. Pese a todo.

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