Inicia una temporada para estar siempre atentos. Los quintanarroenses debemos permanecer alerta a partir del segundo semestre de cada año, cuando inicia la temporada de huracanes, sube la temperatura y se registran lluvias ocasionales, lo cual se asocia a la proliferación del dengue, los males estomacales, la conjuntivitis y el golpe de calor.

Como dicen en el sector Salud: es la fase reactiva del año, para la cual se preparan durante el primer semestre. En esta época, saben de antemano los médicos, se conjugan estos factores: calor, agua y viento, lo que propaga los virus y las bacterias con su inevitable incremento de las estadísticas en la atención de pacientes. Las consultas se disparan.

Predomina en nuestro estado la cultura anticiclónica, que marca, como planteo, el arranque de una etapa en la que autoridades, empresarios, médicos, especialistas, ciudadanos y otros actores vigilan de cerca los fenómenos meteorológicos; es decir, lluvias, depresiones, tormentas y huracanes, de acuerdo con la posible evolución de éstas. Y lo hemos hecho bien si nos ceñimos a los recuentos de otros años.

Este 2019 se habla de factores de riesgo adicionales, como el recorte en el presupuesto de la Federación destinado a dicho sector, aun cuando se han tomado todas las previsiones para no correr peligro en casos de emergencias. Un ejemplo lo da el Hospital General de Cancún, donde su director, Ignacio Bermúdez Meléndez, activó protocolos y estrategias especiales con el fin de responder sin contratiempos ante posibles eventualidades.

El “Jesús Kumate Rodríguez” es un referente obligado: es el más grande del estado, son mil 200 trabajadores divididos en seis turnos, brindan atención a los habitantes (pacientes o usuarios) de Benito Juárez, Isla Mujeres, Lázaro Cárdenas y Puerto Morelos. Recibe una ambulancia por hora y registra hasta 500 servicios por día. Es descomunal el trabajo desplegado.

Por lo anterior, es un recinto que marca las pautas, mueve las estadísticas y genera tendencias. Consciente de todo ello, Bermúdez Meléndez invita a la población a estar pendiente de la información oficial y fomentar el autocuidado para prevenir y no lamentar. Desde la hidratación, hasta el retiro de objetos que podrían convertirse en proyectiles, son tareas que empiezan por uno mismo.

Por cada peso que se invierte en prevención, el ahorro calculado es de ocho pesos. Por donde se analice, no basta con estar atentos, sino listos para el resto del año.