Hay acuerdos en El Crucero

Esta semana comenzaron las obras en El Crucero, en Cancún, gracias al diálogo y los consensos...

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Esta semana comenzaron las obras en El Crucero, en Cancún, gracias al diálogo y los consensos entre quienes tuvieron diferencias por las afectaciones propias de una cirugía mayor a la que es sometido el centro cívico, ícono de identidad.

Prevalecieron el ánimo de conseguir soluciones mejores y la confianza recíproca (en que se cumplirán los acuerdos) entre autoridades, fundadores, pioneros y locatarios. Ello debe destacarse porque no siempre se les ha escuchado. Ahora sí.

Tiziana Roma, pionera y activista, tiene un registro detallado de 20 años, durante los cuales la traza urbana (y de zona hotelera) ha sido modificada sin el consentimiento tácito de la ciudadanía. No de la mayoría. Han sido hechos polémicos, de discusión pública.

Antes, cabe aclarar, la referencia a las administraciones son para situar la época, no las culpas, aun cuando la responsabilidad es intrínseca.

Por ejemplo, entre 2005 y 2006 se cambió el antiguo Parque de las Palapas por lo que hoy se conoce; es decir, de un toque caribeño a la plancha de concreto que no a todos agrada. También intentaron vender cinco lotes en Playa Delfines.

En 2009 y 2010 se desarrolló la defensa por el Ombligo Verde, cuando se quiso trasladar el Palacio Municipal a ese pulmón verde para instalar la Plaza Bicentenario.

En 2011 ocurrió la primera lucha por El Crucero, cuando se cambió la entonces Plaza Cancún 2000. Además se construyó un muro de casi tres metros de altura en el Puente Calinda, el cual obstaculizaba la vista. En esa administración fue la transformación de la Portillo, por lo que talaron dos mil árboles, según denuncias del momento.

Entre 2013 y 2014 fue el turno de la Tulum. Era la administración estatal de Roberto Borge, quien pretendió “carreterizar” la avenida quitando cuatro glorietas emblemáticas: la del Pionero, El Ceviche, Historia de México y Monumento a la Madre. No pudo.

En 2017, se pintaron de verde las rocas frente al Palacio y explotó lo de la ciclopista, donde hubo invasiones. Aún no está resuelto en el ámbito judicial el caso del kilómetro 3.5.

Ha habido decisiones unilaterales en perjuicio de la ciudad, que afectan los escasos elementos urbanos que dan identidad, arraigo y pertenencia. Vale la pena luchar en el primer cuadro, Tajamar, Ombligo Verde y Parque Kabah: hoy escuchan.

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