Una apuesta arriesgada

Durante la reciente visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador hubo declaraciones...

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Durante la reciente visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador hubo declaraciones en torno al sargazo que provocan dudas y temores. En más de una oportunidad él minimizó la afectación, aun cuando la Marina encabeza ya los esfuerzos.

Conviene recordar que la Semar tiene un presupuesto superior a los 50 millones de pesos para construir cuatro sargaceras, comprar barreras e implementos para las faenas. La primera de ellas estará lista en dos meses. En ese tiempo podrían sumar un barco traído desde Ensenada. Al cabo de dos años podrían ser hasta 10 o 12 sargaceras, y un barco más replicado para apuntalar la misión, prevé el almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de la Marina.

Esas tareas son, cabe subrayar, mar adentro; porque la colecta seguirá en el litoral gracias a la organización del territorio y la coordinación entre los gobiernos del estado, los municipales, la iniciativa privada y la ciudadanía. Es decir, cada uno con ciertas responsabilidades. De hecho el plan está en marcha y ha comenzado oficialmente por Othón P. Blanco (Mahahual, Xcalak), siguiendo hacia el norte de la entidad.

Según el gobernador Carlos Joaquín arriban diariamente mil toneladas aproximadamente a las playas públicas. Ya se sabe que el recale total de este año podría superar el millón y medio de toneladas previsto hace algunas semanas. Se conoce también que la afectación fue de 5 mil millones de pesos en 2018, cuando contabilizaron sólo medio millón de toneladas.

Joaquín González ha dicho además que no la ocupación hotelera no se ha resentido a la fecha, pero sí las actividades acuáticas y otras cercanas a los arenales. Eso, porque se multiplicaron los esfuerzos de promoción (pese a recortes y disoluciones), y debido a las reservaciones con antelación.

Este verano está “perdido”; es decir, la contención de sargazo será insuficiente para salvar hoy la imagen de nuestros atractivos playeros, y quienes vengan podrán constatar que sí es grave. Ello repercutiría en dos indicadores siempre altos en el Caribe mexicano: tasa de retorno e índice de satisfacción. Aunado a ello, habría un invierno difícil en afluencia.

Lo que está en marcha, que es una apuesta arriesgada, es necesario pero no es suficiente. Sí vale destacar el trabajo en equipo de todos los involucrados, pero la inacción, las consideraciones inadecuadas y la probable falta de previsión, desde la Federación, pasarán la cuenta.

Este es el panorama en el marco de la cumbre sobre el asunto.

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