La seguridad, labor de todos

Es difícil aceptar las cifras positivas cuando ciertos hechos parecen demostrar lo opuesto...

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Es difícil aceptar las cifras positivas cuando ciertos hechos parecen demostrar lo opuesto. Pasa hoy con la seguridad: los números actualizados y disponibles demuestran que la incidencia delictiva tiende a la baja en Quintana Roo, aun cuando los dramas recientes exacerban la percepción.

Valgan ejemplos de antes. Cuando el sargazo alcanzó su apogeo en los meses recientes, los esfuerzos de los tres niveles de gobierno, la iniciativa privada, del mundo científico, la academia y, sobre todo, de la ciudadanía, lograron no solamente contener el recale masivo a las playas, sino que se multiplicaron las alternativas de solución a largo plazo. Se avanzaba, con dificultad, y parecía que no.

Lo mismo con el arribo de turistas. Pese a lo reclamado desde los sectores hotelero y comercial, los porcentajes de ocupación y derrama promedio fueron superiores a los de la misma temporada del año pasado. Así, ni el sargazo ni la falta de promoción oficial afectaron los planes.

Para retomar la idea central: ahora se demuestra que la actividad criminal ha bajado y lo atribuyen tanto al mando único como a la cooperación con el gobierno federal; tan así, que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública confirmó que Quintana Roo es donde más ha disminuido el índice total de delitos entre julio y agosto gracias a una estrategia coordinada.

Con todo y una población determinada con censos desfasados, que no corresponden a los crecimientos demográficos de Cancún o Playa del Carmen (las dos ciudades con mayor incidencia), lo cual significa que estas mismas publicaciones estadísticas podrían ser mejores empleando la variable “por cada tantos habitantes”.

Se observa una reducción del 8.2% entre julio y agosto con una notoria variación a la baja en los de alto impacto: los homicidios dolosos (como las ejecuciones) tuvieron un descenso de 2.44%; en agosto, por ejemplo, la incidencia se redujo en 3.20% comparado con ese mes del año pasado. En secuestros, se observa un descenso del 13.56% en ese bimestre. Igual para robos en sus distintas modalidades.

No da para cantar victoria, claro está. Lo saben las autoridades. Pero todo lo anterior corrobora que la apuesta gubernamental cobra sentido y obliga a redoblar esfuerzos sumando más voluntades, incluidas aquellas que critican con interesados creados, a priori o motivadas por terceros. Incluso las políticas.

Como se ha dicho, la seguridad es una labor de todos.

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