La autonomía financiera de las entidades federativas llegó a su nivel más bajo en siete años. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) le llama “pereza fiscal”, según la prensa nacional que divulga un estudio de este organismo apartidista y sin fines de lucro, con motivo del reclamo de algunos gobernadores por la injusta transferencia de recursos desde la Federación.

Encabezado por Carlos Joaquín, en el Foro Forbes llevado a cabo recientemente en la Ciudad de México, un grupo de mandatarios estatales propuso un nuevo federalismo fiscal, con esquemas más equitativos para cubrir sus gastos, sobre todo en un contexto de austeridad y recortes.

Sucede que por la reducción de los ingresos propios las administraciones estatales han tenido que recurrir más al endeudamiento y a pedir dinero al gobierno de la república. Por un lado, los 31 estados (se excluye a la Ciudad de México) tuvieron que aumentar la contratación de deuda, pues pasó de 7.4 a 7.6% de los ingresos totales en el último año; y por el otro, recibieron mayores recursos federales, que subieron de 80.2 a 80.4%. Lo anterior, con base en información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Manuel Guadarrama, coordinador de Finanzas Públicas del IMCO, explica que más allá de que el pacto le deja a la Federación los impuestos más importantes por eficiencia y para evitar duplicidades, los estados no aprovechan sus facultades tributarias: de 18 impuestos facultados a ejercer, sólo cobran la mitad, en promedio.

El problema reside en la falta de incentivos a resultados, pues las transferencias se ejercen en función de la población y la pobreza, y no de que los estados den resultados del dinero que reciben. Lo vemos en Quintana Roo, un estado que capta unos 2 mil millones de dólares en inversión extranjera directa, es líder en generación de empleos y tiene una derrama superior a los 14 mil millones de dólares por año, aunque recibe un gasto federalizado reducido, incluso insuficiente, porque esos dos criterios (población y pobreza) son analizados con información antigua.

La población, el gobierno federal la estima con un censo desfasado, lo mismo que la pobreza, sin considerar los crecimientos de hasta 25% anual en municipios como Solidaridad o Tulum, menos aun le retribuye por los más de 20 millones de visitantes por año que demandan todo tipo de servicio.

Quizá no logren un nuevo pacto en la materia, pero no pueden callar.