En su discurso con motivo del primer año de administración, el presidente Andrés Manuel López Obrador identificó los dos problemas de mayo peso: la economía y la inseguridad.

Sobre la primera, no solamente se trata de una variable, como el crecimiento, sino que cabe allí el tema fiscal, particularmente con los estados, el cual ha sido expuesto anteriormente en este espacio.

En torno a la segunda, los factores de análisis son múltiples y diversos, aunque consideraremos la polémica acerca de lo dicho por el presidente: la supuesta relación entre las ausencias de los gobernadores a las reuniones con la Federación, con un repunte de hechos delictivos.

Hemos publicado que en principio nueve de los 10 gobernadores panistas se quejaron de que no se reparten equitativamente los recursos. Ahora han ido más lejos: pretenden revisar el Convenio de Coordinación Fiscal, que data de 1947, para favorecer a las 32 entidades; ello, en un contexto de recortes y austeridad, lo que implica una apuesta arriesgada.

El gobernador Carlos Joaquín ha abanderado esta causa legítima y respetuosa. Falta saber cómo responderán los otros mandatarios, quienes seguramente coinciden con el quintanarroense debido a las razones tan justas, otrora explicadas.

De prosperar este planteamiento, se sabrá en los próximos días, cuando se realicen dos reuniones planeadas entre este bloque y representantes del gobierno federal.

En cuanto a la inseguridad, vale ser categórico: la incidencia delictiva en el país tiene que ver más con la estrategia desarrollada por los agentes federales y por cada secretario de seguridad, que con la inasistencia a los cónclaves periódicos entre las partes, como parece argumentar López Obrador en el marco de su “quién es quién” en seguridad.

De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los estados donde se ha registrado más violencia y delitos en los primeros 10 meses son en orden descendente: Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Guanajuato, Baja California, Puebla, Nuevo León, Chihuahua, Querétaro y Tabasco.

De los gobernadores de esas entidades, sólo el de guanajuatense Diego Sinhue no asiste regularmente a las sesiones de coordinación federal. Por eso muchos dicen que suena a pretexto lo de arriba.

En un país que tuvo 2 mil 370 víctimas fatales en noviembre (un promedio de 79 por día), y con un inicio de diciembre sumamente sangriento, nadie cree que una ausencia sea el motivo de una falla más bien estructural.