‘Maya’, el nombre del delfín liberado en Isla Mujeres

Los especialistas le colocaron un microchip para seguir las pistas de este mamífero en su vida libre.

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En una tina hecha de lona trasladaron al delfín hasta el punto de liberación. Foto: @Tvislamujeres.
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Itzel Chan/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- “Maya” fue el nombre que tuvo durante un mes el delfín que varó el pasado 31 de marzo y que desde ayer regresó a su hogar: el mar.

En una tina hecha de lona, con medida cercana a dos metros de largo, trasladaron al delfín hasta el punto de liberación.

La adrenalina de sus cuidadores se reflejó en cada movimiento veloz que repetían, los cuales consistían en frotar su piel con cremas de manera permanente durante 40 minutos aproximadamente, mientras que otros aplicaban cremas y el resto colocaba hielos en los compresores con los que rociaban su cuerpo liso.

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En total se reunieron 20 personas a bordo, especialmente para verificar y contribuir al buen estado físico del delfín.

Una liberación histórica, pues se trata del primer delfín rescatado, liberado y el primero al que le darán seguimiento. El grupo de testigos de esta vivencia estuvo compuesto por colaboradores de la cadena de delfinarios y prensa.

El mamífero estuvo quieto durante su traslado y sólo por algunos instantes movía su cola y aletas en señal de que deseaba nadar. “Él no se siente amenazado, sabe bien que le queremos ayudar”, describió Joko Cadena, miembro de Dolhpin Discovery y colaborador en el rescate.

Al llegar el momento de dejarlo ir, abrieron las puertas en la embarcación y colocaron colchonetas de espuma en el suelo, con sumo cuidado sustrajeron al delfín de la tina y entre todos lo llevaron hasta la orilla. En cuenta regresiva a partir de tres, lo liberaron y de inmediato nadó con rapidez.

Su recuperación

Desde el hallazgo del cetáceo lo transportaron a Isla Mujeres, a las instalaciones de Tortugranja, en donde recibió tratamientos para resarcir los daños que le causaron una insuficiencia renal y gingivitis aguda.

Para su cura le aplicaron esteroides y antibióticos, a los que su organismo reaccionó de manera positiva, incluso para llegar a obtener el diagnóstico dado a conocer por Roberto Sánchez Okrucky, director de Medicina Veterinaria de Dolphin Discovery, enviaron ultrasonidos a Estados Unidos.

Después de seis días de tratamiento, “Maya” comió por sí sola, como muestra de su recuperación.

Estrategia de “contacto protegido”

Los especialistas que participaron en su tratamiento se encargaron día a día de verificar su estado de salud y corroborar que se alimentara, todo esto bajo una estrategia de “contacto protegido”, es decir, detrás de una mampara que le impidiera al animal ver el cuerpo de las personas, pues lo ideal es que el mamífero marino no relacionara al humano con alimento.

Durante su estancia en las instalaciones de Isla Mujeres, convivió con tortugas marinas, factor que impidió que se deprimiera, pues convivió con algunos organismos que forman parte de la fauna que se encuentra en vida libre.

A partir del décimo día, el delfín logró comer más de dos kilogramos de pescado y posteriormente en promedio alcanzó a comer hasta 10 kilos.

Alimentación

En total, durante toda su estancia (un mes)  llegó a comer hasta 324 kilogramos de peces de especies como arenque, calamar y capelín, los cuales contribuyeron para que ganara grasa y tuviera agua y fibra en su cuerpo.

Al término de su tratamiento, en total realizaron 48 procedimientos médicos hechos por siete especialistas, quienes le colocaron un microchip, con el fin de seguir las pistas de este mamífero en su vida libre.

El sensor que le colocaron en su aleta dorsal tiene un precio aproximado de dos mil a dos mil 200 dólares, costo que se sumó a los 12 mil empleados para la endoscopía, sin mencionar el costo de sus medicamentos.

El microchip emitirá información vía satelital hasta 500 veces al día y tendrá una duración cercana a los dos años, período que servirá para saber si el delfín sobrevivió tras su liberación.

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