¡Terror en las alcantarillas! Llega Eso para 'aterrorizar' a México

La película tiene muy buenos efectos especiales, en especial el maquillaje.

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Lo ideal es ver ésta cinta evitando comparaciones, al menos mientras la vé, o no nunca entrará en la historia y se perderá cosas. (Contexto)
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Por Rafael R. Deustúa

Stephen King era sinónimo de terror en los ochenta, los dominó con numerosos libros llevados al cine o la televisión. Su éxito se debía no sólo a su capacidad casi clínica para imaginar y describir al detalle escenas horrendas, sino por su innata comprensión de la naturaleza humana. En “Eso” retrató como nos relacionamos con el miedo de niños y de adultos, cómo nos moldea si lo permitimos; en ello se centra la nueva película.

Tras la desaparición de su hermano, Bill se obsesiona con las alcantarillas de Derry, su pueblo natal, esperando encontrarlo a pesar de la dolorosa resignación de sus padres. En su búsqueda lo ayudan sus amigos y se les suman otros desadaptados del pueblo. Todos ellos empiezan a tener visiones de un macabro payaso y deducen que “eso” es el enemigo a vencer.

Lo ideal es ver ésta cinta evitando comparaciones, al menos mientras la vé, o no nunca entrará en la historia y se perderá cosas. Una razón es que implica parte de la narrativa, no de forma rebuscada, pero si no está uno dentro de ella se pierde de sutilezas. Esa forma de contar las cosas es fruto de un sólido guión de Chase Palmer, Cary Fukunaga y Gary Dauberman.

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La narrativa de Andy Muschetti es dinámica, mezclando la ternura y el horror, sin enfatizar tanto en el último pues no hay grandes sorpresas, pero nos pone nerviosos por medio de efectos de sonido y una efectiva banda sonora, además de una cuidad edición. Podemos identificarnos con los personajes, a quienes dan personalidad en pocas pinceladas por el tiempo de pantalla y tenemos monstruos cotidianos para rivalizar con “Eso”.

Bill Skarsgard destaca como Pennywise, el payaso, aunque al actualizarlo se perdió la sutileza del original. Sin embargo los chicos brillan, Jaeden Lieberher, Jeremy Ray Taylor, Finn Wolfhard, Sophia Lillis, Chosen Jacobs, Jack Dylan Grazer y Wyatt Oleff bien podrían ser la nueva generación de actores.

Muy buenos efectos especiales, en especial el maquillaje, brindan buenos momentos, pero es la fotografía general de Chung-Hoon Chung lo que da una cohesión al filme y un aire nostálgico gracias a su paleta de colores e iluminación.

El buen balance entre fábula psicológica, nostalgia de la infancia y terror -aunque quizá falte algo de éste último- enriquece la película.

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