Movilidad para un Cancún próspero

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible...

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Andrés Aguilar/Turismo Hábitat

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III) celebrada en Quito (Ecuador) en 2016,  la movilidad urbana sostenible se definió en términos generales como la calidad y eficiencia de llegar a nuestros destinos, tomando en consideración que las distancias de nuestros traslados deben irse reduciendo cada vez más.

México es un país particularmente urbano. Según datos del INEGI, en 2010 el 78% de la población vivía en localidades urbanas, muy por encima del 43% que se tenía registrado en 1950.  Lo preocupante es que este proceso de urbanización se ha dado en muchos aspectos de manera desordenada, producto de la necesidad de trabajo y vivienda, mermando de manera considerable al medio ambiente y provocando que la calidad de vida descienda notablemente.

Por ello y como seres que habitamos entornos urbanos, debemos preguntarnos: ¿qué tipo de ciudad queremos?, ¿tenemos ciudades accesibles?, ¿favorece este entorno a personas en situación de pobreza, ancianos, jóvenes, personas con discapacidad y niños?. Es sólo de esta manera, centrando la aspiración ciudadana en una nueva propuesta de movilidad, como podremos planear y actuar sin seguir esperando a que un futuro incierto decida nuestra suerte.

Coincidiendo con ciertos planteamientos que he rescatado en algunos foros relacionados con la movilidad, destaco el del Encuentro Anual del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU), celebrado en la ciudad de Oaxaca este mismo año, donde el discurso del alcalde de Hermosillo (Sonora),  Maloro Acosta, deja en claro la necesidad que tenemos actualmente por romper y construir nuevos paradigmas que contribuyan a una movilidad urbana sostenible, pero sobre todo, subraya la invitación a tomar decisiones y no esperar a que ocurran las cosas, sino hacer que las cosas sucedan.

Sabemos que Cancún es una ciudad sumamente joven; no obstante, su crecimiento se ha dado de manera trepidante, no solo por los que tenemos fortuna de residir en este lugar, sino también por los millones de visitantes que llegan año con año; lo cual, ha complicado la movilidad urbana en la ciudad.

Aunado a ello, el diseño de nuestra ciudad -y de muchas otras-, ha privilegiado el uso del automóvil privado, lo que ha convertido a la ciudad en un espacio de complicaciones económicas, sociales y medioambientales.

Debemos ser conscientes de esta problemática y entender que, es responsabilidad de todos, como sociedad y gobierno, emprender está transformación. Empecemos a ser ciudadanos y participar de manera responsable, logrando identificar más y mejores alternativas de movilidad.

Y al gobierno, aconsejarle salir de lo que se ha venido haciendo por mucho tiempo que no ha dado resultados positivos. Apostemos por cambiar paradigmas en la planificación urbana, fomentemos ciudades compactas con usos mixtos para mejorar la accesibilidad y reduzcamos en general la necesidad de transporte privado, mejorando sustancialmente el transporte público.

El futuro no se espera, se participa, se planea y se construye.​

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