Rubí Velázquez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Con la postal de los juegos mecánicos de fondo y el sonido de los tambores anunciando la llegada de las comparsas, se daban por inauguradas las actividades del cuarto día del Carnaval Cancún 2015.

Mientras tanto, a los costados de la avenida 20 de  Noviembre y entre miles de asistentes, se dejaban escuchar los gritos de los vendedores ambulantes, aprovechando cualquier momento para colocar su mercancía.

“Pelucas, diademas, bigotes, chicharrones, marquesitas, burbujas y algodones”, eran algunas de las palabras repetidas constantemente.

Sin importar de qué categoría fueran, las mejores comparsas se dieron cita para llenar de sonido y color el festejo de los benitojuarenses.

En el centro del contingente, dos oficiales de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública y Tránsito abrían paso a las bailarinas principales de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), seguidas de la banda de guerra de la misma institución.

Al mismo tiempo que pasaban los carros alegóricos de los Reyes del Carnaval arrojando flores, de los Reyes Juveniles lanzando paletas, de los Reyes de la Alegría o la Tercera Edad y de la Reina de la Diversidad.

Sin embargo, el sonido de los motores que dan vida a la maquinaria de los juegos mecánicos, el olor de los hot cakes y los muñecos exhibidos para atraer a los pequeños hacia las canicas y los dardos, ya se hacían presentes.

“Quiero un globo”, decía Ernesto, un niño de cinco años, a su madre Cristina Cortés Martínez, quien sostenía con la mano izquierda al menor, al mismo tiempo que intentaba tomar con la derecha, una fotografía de su hermana integrante de la comparsa de la academia de baile “Dance”.

Por su parte, “Roco, el payasito Loco” inflaba rápidamente decenas de globos, con los que al término del desfile convencería a los pequeños asistentes de pedir una moneda a su madre a cambio de una de las figuras hechas por él.

“Perritos, espadas y flores tienen una mayor demanda entre la población”, destacó el hombre de atuendo multicolor y sonrisa de guasón.

Al término del desfile, los asistentes se dirigieron al escenario donde se realizó cada uno de los bailables preparados por las comparsas y en donde los Reyes volvieron a sorprender a los asistentes con coreografías diferentes. Por lo que entre risas, bailes, vestuarios caribeños, música, juegos y color transcurrió la fiesta hasta altas horas de la noche.