El precio de la inmediatez

El concepto de inmediatez está mucho más presente hoy lo que podríamos haber imaginado...

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El concepto de inmediatez está mucho más presente hoy lo que podríamos haber imaginado. Al día, lo que ocurre alrededor nuestro se comparte con mucha mayor rapidez de la que incluso somos capaces de procesar, y esto crea un “vacío” al que no hemos sacado provecho.

Las redes sociales, internet, los teléfonos inteligentes y la conexión prácticamente el cien por ciento de nuestro tiempo, terminaron con los tiempos de espera y respuesta, pero trajeron consigo un problema singular: nuestra falta de paciencia y capacidad para entender la inmediatez.

Si antes creíamos que las cosas debían suceder lo más pronto posible, hoy nos damos cuenta que esa necesidad de rapidez ha provocado más problemas que soluciones. ¿Cuántas veces no hemos sido víctimas de la prisa? Con tal de ser “el primero”, compartimos información sin siquiera leerla, creemos rumores con consecuencias nefastas en el mundo real. Actuar de prisa es el precio de tener acceso a todo con sólo deslizar el dedo.

Podría decirse que de lado positivo, tener todo a la mano e inmediato nos dejaría con más tiempo para desarrollar otras capacidades, sin embargo, es innegable que en lugar de ello nos dejamos sumergir en la inacción creyendo que navegar sin ton ni son, es una forma válida de “hacer algo”.

Poco a poco hemos perdido la capacidad de aprovechar el tiempo ganado gracias a las mejores formas de comunicarnos, dejándonos literalmente sin nada que comunicar, y por ende, presas fáciles de la desidia digital, del compartir a lo zonzo: un buen caldo de cultivo para el fanatismo.

El usuario promedio, teniendo un poquito más de tiempo, no se detiene a pensar en lo que lee o ve en su teléfono, sino que lo difunde con rapidez y el algoritmo de la aplicación “traduce” ello en un interés válido y por tanto, le dará al usuario más y más contenido del mismo tipo, negándole así la posibilidad (al menos automática) de conocer otro tipo de información más allá de lo que “también le podría interesar”, pero de poco o nada le podría servir.

Se acaba la luna de miel

El @GobiernoMX tal vez pensó que las redes sociales estarían a merced de la así llamada #CuartaTransformación gracias a la popularidad del presidente, sin embargo, en sólo dos semanas los usuarios le han recordado que no todos los tweet son en apoyo.

Entre @Cultura_MX y @Conacyt_MX se reparten los premios a las acciones más absurdas de la nueva administración, pues en el mejor de los casos ha tenido que recular de nombramientos y comunicados debido a la presión de las redes sociales, pues estas literalmente no perdonan ni un solo traspié y evidencian sus errores.

Lo curioso y aleccionador, es que los yerros que comete el nuevo Gobierno Federal son los mismos que criticó de gobiernos anteriores, usando también el mismo medio para evidenciarlos: las redes sociales.

El tiempo demostrará que por más bots que contraten para alterar las tendencias, a las redes sociales no se les puede controlar como a los asistentes a los mítines.

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