2 de octubre no se olvida… se diluye

Hace unos días la Ciudad de México vivió su enésima jornada de violencia callejera durante una...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Hace unos días la Ciudad de México vivió su enésima jornada de violencia callejera durante una protesta ciudadana, que no sólo causó destrozos sino que dejó una triste reflexión sobre el significado de la fecha en que ocurrió, que a pesar de las consignas, no fue la estrella de la obra.

“Dos de octubre no se olvida”; “ni perdón ni olvido”. ¿Cuántas veces no hemos escuchado las consignas hasta el cansancio? Tantas han sido que, al menos para el mundo digital no son más que simples hashtags de temporada con los cuales desquitar el coraje del día o sólo para entrarle al tema de moda. ¿En eso se ha convertido el movimiento de 1968? Al menos en redes, tristemente sí.

El miércoles pasado pudimos notarlo con gran claridad: ¿qué movió a las redes sociales e incluso al mundo fuera de línea? Las protestas. El “cinturón de paz”. Las pintas y la violencia. ¿Alguien se tomó la molestia de recordar, conmemorar o descubrir (en el caso de los más jóvenes) lo que significó el movimiento estudiantil de hace 51 años? No: todos nos fuimos por la nueva agenda de violencia (tolerada e institucional) que ya caracteriza al 2 de octubre.

En redes sociales todos estaban expectantes sobre cómo se viviría la jornada en Ciudad de México, lo que no es incorrecto pues es noticia, pero de tanto interés en los catorrazos, Twitter y Facebook poco o nada “recordaron” el 2 de octubre de 1968 y sus consecuencias. Peor aún, muchos de entre los pocos que hicieron mención a ese terrible día, no tenían idea de que cómo realmente pasó: se opinaba por encimita por medio de una foto compartida para así “cumplir” con el calendario cívico de redes sociales.

El 2 de octubre nunca se olvidará: la muestra del insaciable poder presidencial de aquella época, la lucha por la democratización del país, su sociedad e instituciones; y tristemente, el recuerdo de los desaparecidos y muertos por la bota del presidencialismo imperial, jamás se perderán en las marismas de la historia.

Sin embargo, en redes sociales la cosa cambia: en un escenario donde no existe la historia, en el cual sólo cuenta lo que pasa hoy, hoy, hoy; el recuerdo del movimiento estudiantil de 1968 tal vez no se pierda, pero sí se diluye: se transforma en un hecho cíclico más, una fecha donde se aplaude el ingenio del hashtag y se vive al pendiente de la violencia, más no de hecho histórico en sí mismo.

Para evitar este triste escenario es necesario que nosotros, usuarios de redes sociales, aprendamos a investigar más allá de los memes: redescubrir la historia de nuestra sociedad y no pensar que sólo lo instantáneo o viral tiene poder en internet.

Lo más leído

skeleton





skeleton