Facebook abandona a los millennials

Un aspecto curioso de las redes sociales es que detonaron a una generación digital, a los millennials...

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Un aspecto curioso de las redes sociales es que detonaron a una generación digital, a los millennials, popularizando al extremo sus ideas, traumas y visión de la vida, tanto en lo positivo como en sus más conocidos y estereotípicos problemas y fallas.

Tal vez la más conocida de las características de este grupo es la susceptibilidad, las ganas de quejarse de todo al grado que también se le llama “la generación de cristal”, pues no hay tema, hashtag o tendencia que no cause un revuelo mayúsculo en las redes sociales. Esta actitud, nombre y respuesta a los hechos que caracterizan a los millennials, hace que muchos usuarios los veamos como niños pequeños a quienes hay que dorarles la píldora para todo.

Esto viene a colación porque, recientemente, Facebook dejó en claro que para la próxima campaña política en Estados Unidos (y por ende, en el mundo) no hará filtro de contenido sobre las noticias de los candidatos. Vamos: que no se convertirá en “el gran censor” que muchos pensaron que sería tras el escándalo de Cambridge Analytica, la elección de Donald Trump, y el Brexit.

El argumento, bastante sólido por cierto, es que no es la tecnología (Facebook) quien debe determinar qué es mentira o no. Muchos, incluso algunos entes del gobierno de Estados Unidos y activistas, demandaban un mayor control sobre lo que se publica en la red social, afirmando que era parte de su deber filtrar o advertir sobre el contenido del timeline, hecho que, sinceramente, es un arma de doble filo que al parecer, Facebook decidió no sacar.

¿Es correcta esta decisión de la red social? Nosotros consideramos que sí por dos sencillas razones: primero, no es una máquina o algoritmo el que debe decidir qué es o no verdadero, sino el usuario. Cierto, a veces es necesario tener una guía para no ser víctima de una #fakenews, pero eso se aprende con la experiencia, con la capacidad de los usuarios digitales al hacer buen uso de las redes. Además, dar por hecho que la tecnología nos ponga todo en bandeja de plata, es una actitud muy floja e irresponsable, muy propia de las críticas hacia los millennials.

En segundo lugar, y quizá más importante, es que permitir que alguien o algo nos indique la realidad o veracidad de las publicaciones en redes sociales daría pie a la censura real: le abre las puertas a las ideas contrarias a la neutralidad de la red, filosofía que defiende la necesidad de que el contenido siga siendo libre y a disposición de todo aquél que se conecte y sepa encontrar lo que busca.

En un escenario catastrófico, permitir que Facebook nos indique cuando una publicación dice mentiras o no, equivale a permitir que, en un futuro, bloque contenido por sector económico o social o se reduzca la velocidad de navegación dependiendo de nuestra ubicación geográfica per se.

Bajo una fachada de “justicia” y lucha contra las falsedades de los políticos, algunos sectores buscan que el escenario negativo sea una realidad. Es nuestro deber, como ciudadanos digitales, evitar que la censura “light” o “hardcore” se ha presente en las redes sociales. ¿Cómo? Siendo, como siempre decimos, más inteligentes que nuestros smartphones.

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